La odontología conservadora, tal y como su propio nombre indica, es la especialidad dentro de la odontología que tiene como objetivo realizar diferentes tratamientos para evitar la extracción y pérdida de piezas dentales. Se encarga de la restauración en zonas afectadas por las caries, por traumatismos dentales o por malformaciones. Trabajará conjuntamente con la estética dental, en la parte de restauración estética.
La caries dental es una patología de tipo infeccioso, que afecta a la mayoría de la población, debido a que los tejidos duros de los dientes se van desmineralizando lentamente, ante la acción de determinados microorganismos. Lo que hace la odontología conservadora, es limpiar el tejido dañado o infectado, sin que se perjudique el resto del diente, para finalmente sellar la zona tratada mediante los típicos empastes u obturaciones.
Si la caries no se trata, dejándola avanzar, finalmente los microorganismos afectan a la pulpa dental, causando su inflamación e infección, cuyo principal síntoma es un gran dolor dental. En este caso se realizará la endodoncia de la pieza o lo que se conoce de forma coloquial como "matar el nervio", que consiste en tratar los conductos dentales, eliminando la pulpa dañada, desinfectando los conductos y obturándolos con un material especial.
Otra consecuencia de no tratar la caries dental, puede ser la infección de los tejidos sostienen el diente, dando lugar a una periodontitis.
La odontología preventiva va de la mano de la odontología conservadora, y tiene como objetivo prevenir y reducir los tratamientos dentales a medio y largo plazo, evitando que se desarrollen patologías bucodentales, para lo que el dentista realizará obturaciones y sellará fisuras. También se desarrollarán programas de higiene bucodental, enseñando buenas prácticas desde la infancia, además de realizar revisiones dentales periódicas. La prevención es la base de una óptima salud bucodental en todas las fases vitales.