Retinopatía

La retinopatía es un término que se refiere a cualquier enfermedad no inflamatoria que afecte a la retina. Es decir, a la membrana interior del globo ocular, formada por un tejido sensible a la luz.

Su función es la de transformar la luz que recibe en señales y, a través del nervio óptico, transmitirlas al cerebro para convertirlas finalmente en las imágenes que percibimos.

Qué es la retinopatía

La retinopatía, según lo apuntado, es una expresión genérica que engloba distintos tipos de afecciones de la retina. Entre otras, la retinosis pigmentaria, de origen genético, la retinopatía diabética que, como su propio nombre indica, constituye una complicación de la diabetes, así como la retinopatía hipertensiva lo es de la hipertensión arterial.

Igualmente, el agujero macular, el desprendimiento de retina o la degeneración macular asociada a la edad son enfermedades propias de la retina. A efectos prácticos, nos interesa saber que, a pesar de tener distintas causas y características, todas ellas pueden producir un deterioro considerable de la capacidad visual en sus fases avanzadas.

Por dicha razón se hace necesario estar atentos a sus posibles síntomas con el fin de poder acudir al oftalmólogo y actuar cuanto antes. Idealmente, cómo no, la prevención o, al menos, una identificación temprana es siempre preferible, aunque en muchos casos se hace difícil hacerlo, bien por desconocimiento o por tratarse de afecciones asintomáticas en sus fases iniciales.

Causas y síntomas de la retinopatía

Las causas de la retinopatía, por lo tanto, varían en función del tipo de afección de que se trate. En el caso de la retinopatía hipertensiva, por ejemplo, la provoca la tensión arterial alta.

La hipertensión provoca daños en los vasos sanguíneos en la retina, siendo el daño más grave cuanto más alta sea la presión arterial y mayor el tiempo en el que se produzca dicha hipertensión. Sin embargo, no hay que alarmarse en exceso, puesto que los picos de tensión arterial no suelen elevarse de forma importante. Es decir, si bien la retinopatía hipertensiva debe tratarse con celo, hay que tener en cuenta que rara vez se alcanzan niveles de tensión muy elevados de forma repentina. Pero cuando ocurre puede afectar de forma seria la visión.

Por su parte, la retinopatía diabética, que ya describiremos más adelante, se produce como consecuencia de la diabetes mellitus de tipo 1 o del tipo 2. También puede afectar gravemente la capacidad visual, provocando incluso la ceguera.

Sobre todo, se produce cuando se padece la diabetes durante largo tiempo, en especial si además no se controla médicamente de forma adecuada, derivando problemas metabólicos.

Puesto que los primeros síntomas de pérdida de visión no se producen hasta que la patología ha avanzado, es importante realizar un control tanto de la diabetes como de la salud oftalmológica.

Dentro de la retinopatía diabética podemos encontrar desde una patología que se limita a la retina, denominada retinopatía diabética de base, o una enfermedad que se extiende más allá. En estos casos se denomina retinopatía diabética preproliferativa y, cuando además crecen nuevos vasos sanguíneos anómalos, retinopatía diabética proliferativa.

Por último, la retinopatía del prematuro se observa en bebés prematuros, como consecuencia de un anormal desarrollo de los vasos sanguíneos en la retina. En los casos más graves, esta anomalía puede provocar ceguera en caso de que la retina de desprenda.

Tratamiento de la retinopatía

El tratamiento de la retinopatía dependerá en gran medida de su tipología, así como de otras condiciones médicas que pudiera tener cada paciente, además de ser importante valorar el grado en el que se encuentre este problema ocular.

Entre los bebés que padecen retinopatía del prematuro, por ejemplo, ésta puede ser leve y corregirse de forma espontánea, pero en otros niños puede precisarse una intervención quirúrgica.

Por su parte, como hemos apuntado, la retinopatía diabética puede tratarse mediante la prevención. El control de azúcar en sangre y otras medidas tomadas para el control de la diabetes reducirán en gran medida las probabilidades de perder la visión.

En caso de haberse desarrollado, el tratamiento no supondrá la cura, pero sí podrá frenar la progresiva pérdida de la vista, hasta conducir a la ceguera. Por último, los tratamientos con láser pueden ser de gran eficacia o, para pacientes que no obtengan sus beneficios, vitrectomía puede ser efectiva para evitar una mayor pérdida de visión.

En particular, suele considerarse una alternativa para el tratamiento de personas con retinopatía diabética avanzada o proliferativa a quienes láser no les resulta adecuado por la presencia de hemorragia en el vítreo.

Tratamiento de la retinopatía hipertensiva

El tratamiento de la retinopatía hipertensiva, otro de las principales tipos de retinopatía, puede ser crónica o aguda. En el primer caso estamos ante una patología asintomática en sus fases iniciales, por lo que el diagnóstico mediante el análisis del fondo del ojo se hace esencial.

La retinopatía hipertensiva agua, también conocida como retinopatía acelerada o maligna, se vincula a enfermedades como feocromocitoma, eclampsia o preeclamsia, pudiendo darse situaciones de aumentos bruscos de la presión arterial. En estas situaciones, se puede ver borroso de forma transitoria, además de padecerse dolores de cabeza, además de poderse apreciar edemas y hemorragias.

De nuevo, la prevención es el mejor tratamiento, siendo factores de riesgo el tabaquismo, la diabetes mellitus o un mal control de una presión arterial elevada de tipo crónico. La edad y factores genéticos, por otro lado, pueden provocarla o ser coadyuvantes para que se produzca, por lo que no siempre hay modo de prevenirla.

El control de la presión arterial, por último, es la mejor manera de tratarla en muchos casos, lo cual significa llevar una vida saludable y siendo cuidadosos en seguir las indicaciones médicas, tanto a la hora de la administración de fármacos como en lo que respecta a medirse regularmente la tensión arterial. Por descontado, si se padece una retinopatía hipertensiva aguda debe acudirse al servicio de urgencias más cercano para recibir un tratamiento específico.

Retinopatía diabética

La retinopatía más conocida es la retinopatía diabética que afecta a pacientes con diabetes prolongada y se caracteriza porque los vasos que irrigan la retina se van deteriorando. El grado 6 es el más severo y puede derivar en desprendimiento de retina, hemorragia vítrea o glaucoma neovascular.

Existen diferentes formas de prevención de la retinopatía diabética, como puede ser los controles endocrinológicos permanentes, revisiones del fondo de ojo y control de patologías relacionadas con la situación cardiovascular, entre otras. El ejercicio físico o la alimentación adecuada, también son de gran utilidad.

La forma de tratamiento más efectiva, cuando ya se encuentra en una fase avanzada o proliferativa es mediante láser, con el procedimiento de fotocoagulación panretiniana o panretinofotocoagulación. El mismo no es muy eficaz si hay complicación con edema macular. En algunos casos más extremos se tendrá que realizar una vitrectomía.

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Preguntas y respuestas sobre retinopatía

Opiniones de pacientes sobre retinopatía

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Noticias sobre Retinopatía

Desarrollan un colirio para los efectos de la diabetes

Retinopatía

Investigadores del Vall D'Hebron Institut de Recerca han desarrollado un colirio que contiene un agente antidiabético que se puede utilizar en la diabetes tipo 2 y que permite prevenir la retinopatía diabética, un proceso degenerativo de esta parte del ojo que es asintomático y muchas veces difícil de diagnosticar por los oftalmólogos.

Este colirio es perfecto para aquellos pacientes que sufren efectos secundarios con la administración subcutánea, ya que las gotas no tienen efecto hipoglucémico. Los fármacos que incluyen se utilizan normalmente por vía subcutánea para ayudar al páncreas a producir más insulina.

Para la investigación se trabajó con ocho donaciones de retina con diabetes y ocho sin esta patología, y fue probado previamente en animales. Los resultados son positivos, y permiten plantear su sustitución con un agente natural que se produce en la retina y que con la diabetes se ve disminuido. Es una gran noticia en la administración de este tipo de tratamiento, ya que no cuenta con ningún efecto secundario y es más sencillo de administrar.

Así, además se puede prever estas consecuencias de la diabetes, que en un inicio no tienen síntomas y que se detecta tarde normalmente, cuando la retina ya ha sufrido un proceso degenerativo que deriva en alteraciones microvasculares.

Imagen: BruceBlaus en Wikimedia

 

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