Sexología forense

Denominada también sexología médico legal, medicina legal sexológica o medicina legal del sexo, en una primera aproximación podemos definir la sexología forense como la disciplina que estudia la interrelación que existe entre un amplio abanico de problemas sexuales y la justicia.

Comprende la relación de problemáticas de distinta índole, -desviaciones o perversiones sexuales, el embarazo, el parto, el aborto, el infanticidio, los delitos sexuales y la investigación de la paternidad-, con el marco normativo de que se trate. Teniendo en cuenta, por otra parte, que la sexualidad es un aspecto fundamental de los seres humanos, y que los derechos sexuales son universales y, por lo tanto, esenciales, como puedan serlo los relacionados con la vida o la libertad o la educación.

Qué es la sexología forense

Más allá de tratarse de una disciplina del campo de la medicina forense, -en la que se estudia tanto el sexo funcional y hormonal como los delitos contra la libertad sexual-, el examen clínico forense tiene en común el hecho de tratarse de problemas de carácter médico legal relacionados con el sexo.

A parte de esta explicación general, que define la sexología forense como una rama de la medicina legal centrada en problemas sexuales como los apuntados, son numerosos los autores que han propuesto sus propias definiciones.

El catedrático de Medicina Legal Gisbert Calabuig, por ejemplo, se refiere a ella como "afrodisiología forense o ginecología forense", definiéndola como una disciplina que "abarca todas las cuestiones y problemas médico-legales relativos al instinto sexual y a la generación; o, para ser más precisos, las bases de conocimientos médicos biológicos precisos para resolver aquellas cuestiones y problemas".

De forma más sencilla, Marcela Martínez, se refiere a la sexología forense como "la parte de las ciencias médicas que estudia los problemas ligados a los sexos", por ejemplo, aquellos asociados a realidades tan cotidianas como el matrimonio, el casamiento, el aborto, el parto, la fecundación, el infanticido o, entre otros, anomalías como "las perversiones del instinto sexual, el contagio venéreo o la prostitución".

Vulnerar los derechos sexuales, como área de trabajo de la sexología forense

La violación de los derechos sexuales es una de las áreas más importantes que desarrolla la sexología forense en lo relativo al hombre, la mujer y también los niños.

Podemos mencionar un amplio abanico de delitos contra la libertad sexual considerados abusos sexuales en el plano delictivo. Entre otros requisitos, se atiende a la falta de consentimiento de la víctima a la hora de realizar un acto de naturaleza sexual o, por supuesto, que suponga un atentado a la libertad y seguridad sexual.

Como aspecto clave, mencionemos los signos médico legales de la violación en los genitales o en zonas extra genitales, un posible contagio venéreo y fecundación y presencia de semen, pongamos por caso. Igualmente, pueden encontrarse heridas u otro tipo de lesiones situados en zonas vitales o encontrarse signos de morbosidad.

Básicamente, son problemas que afectan al bienestar psicológico de las personas por vulneraciones de la intimidad, la libertad sexual y la indemnidad, afectando también a la salud física.

Sospecha de abusos dentro de la sexología forense

Dentro de los delitos sexuales, como parte de la medicina legal encaminada a resolver problemas jurídicos relativos a la sexualidad y la reproducción, la sexología forense intenta responder a muy diferentes aspectos que afectan también a los niños. En este campo, la evidencia de huellas lesivas por parte del supuesto agresor, pueden ayudar a detectar y probar casos de abusos sexuales, en los que no siempre ha de existir intimidación o violencia, pero sí se realizan sin el consentimiento de la víctima.

Además de los abusos sexuales a niños, se puede evidenciar la existencia de signos del coito o de lucha en víctimas que tienen anulada la libertad sexual por padecer trastornos mentales. En estos casos, los reconocimientos ginecológicos y valoración del estado psíquico, entre otras pruebas, pueden ser claves a la hora de llevar a cabo una investigación legal.

Por otra parte, la sexología forense se ocupa de delitos de exhibicionismo y provocación sexual o, por ejemplo, aquello relativos a la corrupción de menores, la explotación sexual y la prostitución, entre otros castigados penalmente.

Encontrarse en una de estas situaciones, bien como víctima directa o siendo familiar o persona allegada de la víctima significa sufrir un duro golpe, qué duda cabe. Lamentablemente, son situaciones muy difíciles, en las que se actúa a través de denuncia o como resultado de la misma maquinaria legal.

Sea como fuere, la especialidad médica de la sexología forense constituye un gran contribuidor al avance y esclarecimiento de numerosos casos, aportando pruebas que ayuden a avanzar en procesos legales que buscan dilucidar la verdad del caso de que se trate.

En muchas ocasiones, las nuevas tecnologías son claves para encontrar pruebas definitivas para la resolución de casos, entre ellas las basadas en el ADN. Igualmente, son de gran utilidad las pruebas físicas y psicológicas a pacientes sometidos a exámenes por parte de sexólogos forenses.