Tras la escuela conductista en la psicología surge una reacción en contra de la valoración de la conducta psicológica de manera tan funcional que comienza a llamarse Gestalt. Esta escuela se basa en que no se puede estudiar la conducta parcelándola en elementos diferentes como estímulos y respuestas sino que el ser humano entiende la realidad como un todo con un formato de configuraciones.
Los gestaltistas recogieron influencias del psicoanálisis, terapias alternativas como el reiki, técnicas como el psicodrama o el sueño dirigido y los grupos de encuentro. Su enfoque se centra en la temporalidad, que la persona centre su enfoque en la conciencia de las experiencias actuales el aquí y el ahora, esto hace que rehabilitemos el sentimiento emocional y corporal y se haga una ruptura con el impacto del pasado.
La terapia Gestalt fue muy conocida por el formato de “formato-figura-fondo”, esta idea se explica desde el punto de vista de que el ambiente de la conducta, el contexto se divide en esos apartados:
Una de las premisas que marca a todos aquellos profesionales y pacientes que seleccionan la terapia gestalt es que deben de tener en cuenta el responsabilizarse de sus conductas. Es una premisa muy importante. Nuestros actos tienen consecuencias por ello trabajan la reflexión y la aceptación de los mismo.