Si quieres estar en una de las peores compañías aseguradoras, ven a ASISA. La información que proporcionan a los asegurados es confusa, incompleta y, en muchos casos, contradictoria entre sus propios agentes. Aplican criterios internos que no están reflejados en el contrato, y el paciente siempre sale perjudicado. Gestionan con opacidad, poca empatía y sin tener en cuenta las necesidades reales de salud. No recomiendo confiar en esta compañía.