"La otoplastia es una cirugía que en manos muy expertas presenta riesgos muy reducidos, con un curso postoperatorio o convalecencia muy simple y llevadero, que permite gran autonomía para las actividades de la vida diaria".
El Dr. Carlos Cuesta Romero tiene una trayectoria profesional de más de 27 años, que han destacado por su saber hacer y humanidad. Más de 10.000 cirugías reparadoras, hacen de él un especialista apasionado y entregado a tal extremo, que ofrece atención en exclusiva interviniendo un solo paciente por jornada, poniendo así de relieve su afán por brindar el tiempo y dedicación que se precise para comodidad de quienes le confian sus inquietudes. La contribución a la mejora de calidad de vida a sus pacientes, ha sido reconocida tanto desde su vertiente Plástica y Reparadora como de una especial entrega incondicional de singular compromiso hoy día. Ha recibido la Medalla de Oro al Foro Europeo 2.001, que una vez al año reconoce a los seleccionados más sobresalientes en el ámbito Médico, Científico, Sociocultural y Empresarial que han destacado por su profesionalismo, humanidad, europeísmo.
Nuestra máxima: Ponernos siempre en lugar del paciente.
Se considera que a los seis años de edad, se ha completado el desarrollo de los pabellones auriculares (orejas), por tanto es a partir de esta edad cuando está indicada la remodelación que permita de forma más estable obtener resultados idóneos y satisfactorios. En las personas en que existieran problemas de integración social además de acoso psicológico en centro escolar, laboral o deportivo, podría adelantarse la fecha de otoplastia.
Existe un conjunto de malformaciones en el desarrollo de las orejas, que van desde despegamiento simple, uni o bilateral, esta última suele ser lo más frecuente, aunque pueden asociarse a otras como: malrotación, agrandamiento de oreja (macrotia) o bien de lóbulos, deformidad “en copa”, incluyendo otras menos frecuentes como acuñamiento y secuelas de intervenciones realizadas mecánicamente sin sentido artístico que nos llegan después de haber sido “intervenidas” por otros, con excesiva frecuencia.
Cualquier objetivo debe compaginar proporciones discretas en los resultados, que permitan lucir con naturalidad y sin estigmas de cirugía, de este modo el cirujano debe ser muy cuidadoso con todos los detalles.
La corrección debe realizarse siempre de forma idónea, en quirófano de un centro hospitalario homologado, si realmente buscamos un resultado excelente y estable en manos de un Especialista comprometido con los resultados.
Suele emplearse anestesia por bloqueos e infiltración local, asociando sedo-analgesia, pero sin necesidad de ingreso en hospital. La duración de esta intervención oscila entre hora y media, y dos horas, según las técnicas a realizar para corregir todas las deformidades, cualesquiera que sean.
Se siguen publicitando en la red opciones de tratamiento diferentes que prometen resultados atractivos, pero mi experiencia que supera los 27 años tratando todo tipo de malformaciones, nos ha demostrado una gran superioridad de resultados que suelen ser excelentes con nuestro concepto de otoplastia asociando técnicas propias, en una cirugía con grandes expectativas y esperanzas por parte de nuestros pacientes, así recibimos en consulta con frecuencia personas interesadas en corregir y esta vez sí de forma definitiva, después de haber probado toda suerte de terapias alternativas con resultados inadecuados e insatisfactorios por haber confiado en “cantos de sirena”.
La premisa básica es que no existen técnicas simples para resolver todas las orejas, por tanto la experiencia del cirujano plástico debe ser muy extensa, con una casuística enorme recopilada durante muchos años, y capacitación para corregir cualquier combinación de anomalías por complejas que sean.
Es frecuente que algunos consideren la otoplastia como una cirugía menor y no le otorguen el rigor que se merece, siendo esta otra causa de aspecto de orejas operadas o artificiales.
El seguimiento siempre los realizamos personalmente, retirando precozmente el vendaje, revisando las orejas, y sustituyendo el vendaje anterior por una banda de contención. Las curas son muy simples con instrucciones por escrito y sencillas, para un mejor cumplimiento.
Se trata de una cirugía que en manos muy expertas presenta riesgos muy reducidos, con un curso postoperatorio o convalecencia muy simple y llevadero, que permite gran autonomía para las actividades de la vida diaria.
La inflamación más inicial, se resuelve rápidamente, por la posición elevada de las orejas respecto al resto del cuerpo, además de las recomendaciones que asociamos al seguimiento.
Existe una gran rapidez para apreciar los resultados sin necesidad de esperas prolongadas, obteniendo en la práctica totalidad de casos una mejora muy sensible, apreciable desde el primer día de postoperatorio.