Los implantes dentales son la mejor alternativa en la odontología moderna para sustituir las piezas que han quedado irrecuperables, máxime conforme se trata de edades más avanzadas. Estéticamente constituyen una ventaja por actuar como soporte de unos dientes artificiales a los que se fijan sin apenas notarse.
Por las especiales circunstancias de la boca, la colocación de implantes provoca ciertos recelos infundados en bastantes personas, pero en todo caso, si se toma la decisión de llevarla a cabo, es aconsejable seguir algunas precauciones:
• Debe ponerse en manos de
dentistas de confianza, que acrediten suficiente formación y experiencia en el manejo de las nuevas técnicas odontológicas. Ello garantizará, por otra parte, que tanto las instalaciones como el instrumental estén convenientemente equipados para desarrollar aquellas.
• Previamente a la intervención, el paciente debe someterse a determinadas pruebas diagnósticas, fundamentalmente una radiografía panorámica y en buen número de casos un tomografía axial computerizada que revele el grosor y las dimensiones del hueso que se va a manipular.
• Es importante conocer el origen y la biocompatibilidad del implante con los tejidos del paciente para evitar reacciones de rechazo.
• Por último, todo tiene un precio, y los implantes dentales no son especialmente baratos, por lo que conviene conocer de antemano un presupuesto del tratamiento completo, incluido el coste de la
prótesis dental que en ocasiones suele ser “olvidado” en las campañas promocionales.