Las náuseas e incluso los vómitos son síntomas típicos en el embarazo, sobre todo durante el primer trimestre de gestación. Por lo tanto, salvo que surjan por complicaciones, se trata de unos síntomas benignos, que no deben preocupar más allá de lo desagradable de la situación.
En este artículo vamos a abordar esta cuestión, poniendo el foco en su posible origen y momento en el que comienzan, apuntando en primer lugar que si bien afectan a numerosas mujeres encintas, otras muchas tienen la suerte de no padecerlas. Asimismo, la frecuencia e intensidad de las mismas varía de una a otra mujer, pudiendo requerirse tratamiento en los casos más graves.
Las náuseas, en efecto, son un síntoma que empieza con las primeras semanas de embarazo y suelen desaparecer al final del primer trimestre. Sus causas no se conocen con exactitud, pudiendo tratarse de cambios hormonales o, por ejemplo, de niveles bajos de azúcar en sangre.
Como es bien conocido, se acentúan ante la presencia de malos olores, o simplemente de determinados olores, así como, por ejemplo, al realizar algunos movimientos.
Si buscamos unas fechas más concretas sobre cuando aparecen náuseas en el embarazo, de forma orientativa podemos afirmar que suelen surgir alrededor de las 6 semanas de embarazo, estando en su momento más crítico en torno a las 9 semanas, para mejorar en el segundo trimestre y acabar minimizándose hasta desaparecer antes del ecuador del embarazo.
Asimismo, el cuándo puede aludir al momento del día en el que son más frecuentes. Curiosamente, son unas náuseas que se atribuyen a las primeras horas del día, es decir, por las mañanas. De hecho, se les conoce como enfermedad matutina, aunque lo cierto es que pueden ocurrir en cualquier momento del día.
La cuestión de cuándo se producen nauseas en el embarazo también puede ayudar a la futura madre a estar atenta a posibles situaciones atípicas que recomienden acudir al médico. Si bien ya hemos apuntado que unas náuseas excesivas pueden requerir atención médica (se conoce como hiperémesis gravídica cuando las náuseas y vómitos se vuelven críticos), también cabría aconsejarla cuando éstas se prolongan más allá del tercer mes.
Se trata, lógicamente, de evitar que éstas causen problemas durante el embarazo, así como descartar otras posibles causas. Contactar con el ginecólogo o profesional de la salud que esté llevando el caso es fundamental en caso de no poderse soportar las náuseas o simplemente antes de tomar algunos medicamentos para combatirlas sin prescripción médica.
Aunque por lo general los medicamentos deben prescribirse, sobre todo es así en periodo de embarazo. Como es fácil entender, cualquier fármaco debe ser debidamente prescrito, no solo por el estado de embarazo en sí, sino en función de otros parámetros que se deban tener en cuenta en cada caso. En suma, el objetivo es saber si medicarse al respecto es una buena opción para una paciente en particular, así como en relación a uno u otro medicamento concreto.
Por lo tanto, del mismo modo que es importante saber cuándo empiezan las nauseas y mareos en el embarazo, no lo es menos tener una idea aproximada de cuándo no deberían seguir produciéndose o, en su caso, comenzar a producirse. Por lo tanto, recapitulando lo apuntado, suelen comenzar en torno a las 6 semanas y tienen su pico a las 9 semanas, para luego ir disminuyendo al tercer mes. Así pues, no está dentro de lo habitual que éstas continúen o comiencen a partir del cuarto mes del embarazo, sobre todo cuando son regulares y van acompañadas de vómitos.
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