Cuando hablamos de tortícolis muscular congénita, nos referimos a la deformidad del cuello comprendiendo principalmente un acortamiento del esternocleidomastoideo (ECM), que es detectado al nacimiento o al poco tiempo de éste.
El ECM es un músculo que se extiende oblicuamente en la región anterolateral del cuello, desde la apófisis mastoides al esternón y a la clavícula. Su acción consiste en flexionar la cabeza, inclinarla hacia el mismo lado e imprimirle un movimiento de rotación por el cual la cara se dirige hacia el lado opuesto.
Por lo tanto los niños que padecen esta patología presentan la cabeza inclinada hacia el lado del músculo afectado y rotada hacia el lado opuesto.
La tortícolis muscular congénita (TMC) es la tercera anomalía congénita musculoesquelética más común, después de la luxación congénita de cadera y el pie zambo. Su incidencia varía entre 0,3% y 1,9%. El 40,1% presentan la clínica de los 1 a los 3 meses de nacer. Estudios más recientes no encuentran diferencias entre la incidencia en el lado derecho o izquierdo, pero la afectación de ambos lados es poco frecuente.
Causas de la tortícolis muscular congénita
Las causas principales de la TMC son atribuidas a:
- Un parto traumático (sobreestiramiento del ECM)
- Una posición intrauterina (mala posición fetal durante el embarazo)
- Un parto de nalgas o presentación podálica
- Uso de instrumental en el parto (fórceps, palas o ventosas)
- Niños prematuros y de bajo peso
Como patologías asociadas a la TMC, se pueden enumerar entre otras:
- Deformidades craneales (plagiocefalia)
- Lesión del plexo braquial
- Reflujo gastroesofágico
- Displasia de cadera
- Alteraciones de la capacidad visual
- Retraso psicomotor, etc.
Nazaret Uclés Córdoba especialista en fisioterapia infantil de Rehabilitación Premium Madrid
Etiquetado en: Fisioterapeuta Fisioterapia infantil