Veamos en este artículo qué son y cómo son la mastoidectomía y la timpanoplastia, dos intervenciones relacionadas con el oído. Intentaremos realizar una aproximación sencilla, que ayude a comprender de forma fácil ambos conceptos, siempre desde un punto de vista práctico que oriente al paciente o paciente potencial, así como a todo aquel interesado en su comprensión.
La timpanoplastia
La timpanoplastía implica cirugía. De hecho, puede definirse como un tipo de intervención que se realiza para reconstruir el tímpano y los huesillos del oído medio. Se trata de una cirugía reparadora del tímpano, la membrana que constituye la pared lateral del oído medio, localizado entre el oído medio y el oído externo. Una estructura delgada y pequeña que permite la audición, además de protegernos frente a los ruidos muy altos y graves.
Sin embargo, no siempre es necesario pasar por la mesa de operaciones. El hecho de que exista una perforación del tímpano no implica tener que intervenirse, puesto que se puede evitar si se toman medidas en el día a día para prevenir contaminar el oído medio. Asimismo, se pueden utilizar audífonos para ayudar a la audición.
Asimismo, en la cirugía de timpanoplastia puede ser necesario recomponer los huesecillos del oído medio, como son el martillo, el yunque y el estribo. En estos casos, especialmente graves, la perforación ha alcanzado estos huesecillos, si bien no siempre es necesario.
Es más, un audífono puede constituir una alternativa a esta reconstrucción de los huesecillos. Por lo general, no se dan estas circunstancias, y normalmente se corrigen las perforaciones en el tímpano a consecuencia de una infección ocasionada a menudo por otitis crónicas, o bien por la inserción de objetos en el oído.
Para realizar la timpanoplastia, el otorrinolaringólogo retira una pequeña parte del cartílago de la oreja para utilizarlo como injerto en el punto donde se ha sufrido la perforación. De este modo, se logra un resultado tan funcional como preventivo, puesto que se restaura la membrana timpánica. Por lo tanto, además de mejorar la audición, también se previenen posibles infecciones de oído.
Se trata de una operación de bajo riesgo, que obtiene buen resultado en la mayor parte de los casos. Como ocurre en tantos otros tipos de intervenciones, que se cumpla un buen pronóstico dependerá en gran medida también del estado del paciente (de cómo responda su organismo en cuanto a cicatrización, etc.) y de la experiencia y destreza del cirujano.
La mastoidectomía
¿Qué relación hay entre timpanoplastia y mastoidectomía? Abordaremos este segundo epígrafe relacionando ambos conceptos, afirmando que la mastoidectomía es la extirpación del hueso del oído afectado por una infección (hueso que se encuentra detrás de la oreja), y sólo se realiza en algunas ocasiones.
La mastoidectomía se realiza, en concreto, para tratar la enfermedad del hueso cuando el tratamiento conservador no da la respuesta esperada y, por lo tanto, resulta ineficaz. Aunque, por otro lado, a veces la mastoidectomía se lleva a cabo para obtener acceso al oído medio para recuperar un oído seco y seguro.
Es decir, no se busca tanto mejorar la audición, sino la recuperación del oído medio, tras afectarle secreción del oído, zumbido, mareos o incluso parálisis facial como resultado de una otitis media.
Son numerosos los tipos de mastoidectomía, desde la simple, hasta la radical, la radical modificada o, por ejemplo, la cerrada. Cada una de ellas obedece a un cuadro clínico distinto, y será el otorrino quien determine la más indicada para el paciente. Teniendo en cuenta, entre otros factores, los pros y contras asociados a resultados funcionales y el control de la enfermedad.
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