Cuando estamos ante una tendinitis en tobillo, o tendinitis peroneal, estamos hablando de una inflamación de los tendones localizada en dicha zona. Se trata de una inflamación que, por otra parte, puede provocar dolor e impedir una normal movilidad. Sin embargo, no debe confundirse la tendinopatía, relativa al dolor en el tendón, con la tendinitis, si bien esta puede considerarse una forma de aquella, además de poder deberse a causas degenerativas.
Para definir más detenidamente qué es tendinitis de tobillo definiremos brevemente qué son los tendones afirmando que son la parte de los músculos que se adhiere a los huesos. Más exactamente, los tendones son el tejido conectivo de tipo fibroso que une unos y otros.
De forma genérica puede afirmarse que todos los tendones pueden causar tendinitis, si bien las áreas más frecuentes se centran en el hombro, la muñeca la rodilla o el talón, así como la tendinitis de tobillo que nos ocupa. No confundir con el tendón de Aquiles, pues la tendinitis de tobillo afecta a los tendones peroneos, ubicados en la parte lateral y externa del tobillo, divididos en dos, uno asociado al denominado músculo peroneo largo y el segundo al peroneo corto.
Los problemas de funcionalidad del tendón son una posible causa de la tendinitis, entre las cuales podemos citar el debilitamiento y daño de los mimos por repetir de forma regular determinados movimientos más o menos intensos o simplemente no adecuados. En caso de prolongarse la situación o actividad, suele aumentar el dolor, particularmente cuando se realiza.
También puede deberse a un lesiones, a malformaciones o malos hábitos al hacer determinadas actividades, sobrecargándolos y haciendo que se inflamen. O a factores que nada tienen que ver con la actividad, respondiendo a problemas genéticos o de metabolismo.
De forma resumida, concluyamos que las lesiones, las actividades intensas y prolongadas, más frecuentes en el área deportiva y profesional, pueden derivar en una tendinitis de distinto tipo, y entre las más frecuentes se encuentra la tendinitis en el tobillo.
Asimismo, la tendinitis también puede obedecer a razones genéticas, metabólicas o acciones que a largo plazo desencadenen en ella como parte de la vida cotidiana, sobre todo aquellas poco ergonómicas, provengan de una mala postura al caminar o al movernos en general o de un mal calzado, pongamos por caso.
Tengamos en cuenta que el tobillo es una parte de la anatomía que carga con buena parte del peso del cuerpo, por lo que su funcionamiento adecuado es fundamental para la movilidad cotidiana. Habida cuenta, por otra parte, de que los deportistas y personas que realizan determinados trabajos que conllevan actividad física con movimientos repetitivos son especialmente vulnerables a padecerla. Sin embargo, no siempre cursa con dolor intenso.
En el caso de los corredores, especialmente común, la tendinitis del tobillo puede provocarla la falta de calentamiento o una práctica deportiva intensa o excesiva, y algo similar cabe decir de otros deportistas o trabajadores que se encuentren en situaciones de riesgo por lo apuntado.
A partir de lo explicado, es fácil entender la importancia de actuar de forma temprana, acudiendo al traumatólogo para obtener un correcto diagnóstico y así poder tratar la tendinitis y/o corregirlo, de ser posible.
En general, el descanso, farmacología, masajes (fisioterapia), plantillas (tras estudiar la pisada o problemas a corregir) y cambio de hábitos pueden formar parte del tratamiento, entre otras técnicas mínimamente invasivas, si bien en algunos casos se requiere tratamiento quirúrgico. En todo caso, como es bien sabido, tanto el diagnóstico como el tratamiento siempre han de ser personalizados. En este caso, además, no dejar que el problema empeore es esencial para el mejor pronóstico.
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