Entrevista a Rafael Fenoy Castaño, psicólogo especialista en ansiedad y estrés en Aesthesis

Ansiedad y estrés, causa y consecuencia de trastornos físicos

"La ansiedad y el estrés son dos de los principales motivos de consulta médica y psicológica. Se trata de problemáticas asociadas a diversos factores sociales y culturales de la actualidad, así como a otras patologías de naturaleza orgánica y/o psicológica"

Rafael Fenoy Castaño es psicólogo, licenciado en la Universidad de Murcia. Cuenta con un Máster en Psicología General Sanitaria, realizado en la Universidad Rey Juan Carlos, y otro como especialista en el tratamiento de la ansiedad y el estrés, impartido por la Universidad Complutense de Madrid. Además posee una amplia formación en Psicoterapia Relacional y Psicología Clínica. 

Especializado en el diagnóstico tratamiento de la ansiedad y el estrés. Interviene también en otros ámbitos como depresión, fobias, trastornos del sueño, estrés postraumático, problemas en la pareja, trastornos de la alimentación, entre otros.

¿Por qué decidiste dedicarte a la psicología?

Durante mi adolescencia comencé a sentir un gran interés por la psicología y la psicopatología. Asimismo, tuve la oportunidad de cursar una optativa de “Introducción a la psicología” en el instituto, lo que eliminó cualquier duda para cursar esta carrera universitaria. Una vez iniciada esta formación, la psicología clínica fue el campo que más captó mi atención desde el inicio, de modo que mis estudios posteriores se han centrado en dicho campo.
En esta línea, mi gran interés por la psique humana me ha impulsado a la inmersión en el estudio de otras corrientes de corte psicodinámica, tratando de conseguir, de esta forma, un mayor conocimiento sobre los procesos psicológicos y emocionales.

Tu especialidad es el tratamiento de la ansiedad y el estrés ¿Cuáles son las causas que pueden originar estos trastornos?

La ansiedad y el estrés son dos de los principales motivos de consulta médica y psicológica. Se trata de problemáticas asociadas a diversos factores sociales y culturales de la actualidad, así como a otras patologías de naturaleza orgánica y/o psicológica. Como consecuencia, son muchos los factores capaces de explicar la etiología de los problemas de ansiedad y estrés.

Por un lado, la ansiedad puede ser desencadenada por aquellas situaciones capaces de generar una expectativa negativa sobre la resolución o consecuencias de la misma. Por otro lado, la respuesta de estrés se origina a partir de aquellas experiencias cuya demanda de recursos es superior a los recursos disponibles (tiempo, conocimiento, elementos materiales, etc.).

No obstante, hay situaciones o estímulos desencadenantes capaces de reactivar redes neuronales vinculadas a experiencias previas dolorosas. Como consecuencia, en estas situaciones, la sintomatología ansiosa o el estrés se encuentran asociados a dichas vivencias pasadas que no han sido elaboradas adecuadamente.

¿Qué tipo de terapias aplicas en tu consulta en los trastornos antes mencionados?

En primer lugar, debido a la posible implicación de memorias emocionales y vivencias pasadas no elaboradas en este tipo de problemáticas, es precisa una evaluación exhaustiva que permita conocer aquellas situaciones capaces de desencadenar esta sintomatología. Asimismo, en la mayor parte de los casos, es necesario llevar a cabo una intervención en profundidad que permita determinar la dinámica intrapsíquica responsable, así como impulsar la integración de estas memorias para reducir los estados de alerta en la consulta y, en última instancia, reelaborar las experiencias pasadas responsables del malestar de la persona.

Se trata, en definitiva, de un tipo de terapia que trata de abordar el problema desde el origen del mismo, sin dejar de atender a los síntomas o a la demanda principal de la persona que acude a la consulta.

¿La ansiedad y el estrés pueden originarse como consecuencia de enfermedades físicas?

Sin ninguna duda. La presencia de enfermedades o dolencias de naturaleza física, especialmente aquellas que cursan con dolor, malestar intenso o que implican limitaciones en el día a día, son una fuente de estrés importante.

Asimismo, el padecimiento de sintomatología ansiosa puede incrementar el malestar experimentado por la persona. Un claro ejemplo de ello son las patologías vinculadas al dolor crónico, donde la presencia de ansiedad y/o estrés puede elevar el nivel de dolor percibido y, como consecuencia, generar una mayor limitación en distintas áreas de la vida de la persona.

Y al revés ¿La ansiedad y el estrés pueden derivar en enfermedades físicas?

Por supuesto. Los signos de ansiedad o estrés, así como otros factores psicológicos y emocionales, pueden contribuir en el origen, mantenimiento o incremento de la sintomatología perteneciente a dolencias de naturaleza orgánica. En este caso, nos adentramos en los conocidos “trastornos psicosomáticos”, donde no se identifican factores biológicos responsables de dicha sintomatología. Además, es posible destacar algunas alteraciones tan comunes como los trastornos cardiovasculares, dolencias asociadas al dolor crónico, desórdenes gastrointestinales, problemas de piel u otras alteraciones de carácter fisiológico como la obesidad.

¿En algún caso pueden ser estos trastornos síntomas de otros problemas psicológicos?

Efectivamente. La ansiedad o el estrés se encuentran muy vinculados al resto de problemas psicológicos. Un claro ejemplo de ello es la presencia simultánea de sintomatología ansiosa y depresiva debido a la alta comorbilidad que presentan ambas problemáticas.

Del mismo modo, debemos tener en cuenta que el padecimiento de síntomas de carácter psicológico puede reducir los recursos disponibles y/o generar limitaciones en distintas áreas, lo que incrementa la probabilidad de experimentar sintomatología asociada a un elevado nivel de estrés.

Con la vuelta de vacaciones, ¿se agudizan los casos de ansiedad?

En algunos casos sí. La vuelta de vacaciones y el retorno a la rutina implica un nuevo proceso de adaptación que, en ciertas ocasiones, puede ir acompañado de sintomatología depresiva y ansiosa. Este proceso es lo que conocemos comúnmente como “síndrome postvacacional”.

Por otro lado, podemos destacar que, en determinadas ocasiones, las vacaciones se pueden convertir en un periodo estresante debido a factores como el exceso de tiempo libre, la planificación estricta de las actividades o la falta de desconexión de las obligaciones. Como consecuencia, dicha situación puede contribuir al incremento de la tasa de personas que experimentan signos de ansiedad y/o estrés.

Muchas personas se niegan a buscar ayuda ante estos problemas ¿Cómo pueden determinar que sus niveles de estrés han llegado a tal punto, que necesitan ayuda psicológica?

En la gran mayoría de las ocasiones la búsqueda de ayuda se produce cuando la problemática presente genera un nivel de malestar intenso y/o tiene repercusiones sobre algún área de la vida de la persona (trabajo, relación de pareja, etc.). No obstante, la prevención o la intervención temprana incrementa la probabilidad de éxito en el tratamiento y puede reducir el tiempo y/o coste del mismo. Por ello, cada vez se llevan a cabo más intervenciones centradas en la prevención cuyo objetivo es reducir el número de casos en los que el problema pueda llegar a generalizarse o cronificarse.

Como consecuencia, la presencia de cualquier tipo de malestar o la vivencia de alguna situación angustiante debe considerarse un motivo más que suficiente para la búsqueda de algún tipo de intervención.

01 de septiembre de 2017 | Tema: Psicólogo Ansiedad y estrés


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Rafael Fenoy Castaño

Psicólogo en Madrid - Psicología

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