Entrevista sobre terapia infanto-juvenil a Avannza Psicología

Psicología infanto-juvenil: adolescencia, bullying, educación emocional y factores familiares

¿Cuáles son los desafíos específicos que enfrentan los adolescentes en términos de salud mental y cómo se abordan en terapia?

La adolescencia es una etapa en la que se producen muchos cambios físicos y psicológicos, es una transición de la infancia a la edad adulta, por lo que resulta difícil en muchas ocasiones gestionar estos cambios a nivel familiar. Los adolescentes están construyendo su nueva identidad, desprendiéndose, en ocasiones, de las creencias inculcadas, de las normas y límites aceptados, etc. Sus referentes, que hasta ahora habían sido sus padres y adultos referentes, van pasando a un segundo plano y toma mayor relevancia el grupo de iguales. Por tanto, que durante la adolescencia se den situaciones en las que tanto familia y entorno no sepa cómo abordarlas y el adolescente tenga dificultades para la gestión emocional es algo común.

En la terapia con adolescentes, además de tratar problemas de otra índole, se pretende restablecer el equilibrio emocional del paciente y de la familia. La psicoterapia con adolescente, de manera general, trata estos temas:

  • Inestabilidad emocional.
  • Grupo de iguales, pertenencia al grupo, aceptación.
  • Sentimientos de inseguridad, autoestima y autoconcepto.
  • Cuestionar las normas y límites que la familia ha puesto hasta el momento, búsqueda de autonomía.
  • Problemas de conducta.
  • Dificultades escolares.
  • Dependencia a las nuevas tecnologías.
  • Conflicto entre padres e hijos.
  • Crisis y cambios propios de la adolescencia.

¿Cómo se aborda el acoso escolar y el bullying desde la perspectiva de la psicología infanto-juvenil?

Se define el acoso o bullying como las conductas agresivas que ejercen un niño o grupo de niños sobre otro, dentro del ámbito escolar, de manera continua. Dentro de estas conductas se encuentran tanto el maltrato físico como el psicológico a través de amenazas hostiles físicas y verbales. Las consecuencias del bullying causan malestar a nivel personal para la persona que lo sufre, así como a su entorno inmediato (familia, escuela, contextos que habitualmente frecuenta).

Los daños psicológicos derivados del acoso son diversos, ocasionando problemas a nivel de autoestima, trastornos de ansiedad, fobia escolar y depresión, entre otros. Si las víctimas del acoso no abordan y gestionan estos problemas es posible que, aunque la situación de acoso termine, acaben arrastrando dificultades incluso durante la adultez.

A nivel terapéutico, la manera de abordar un caso de acoso difiere en función de las características del mismo, por lo que los programas deben ser individualizados. Aun así, hay ciertos factores a trabajar “comunes” en terapia infanto-juvenil en estos casos:

  • Fortalecer la autoestima y autoconfianza.
  • Técnicas relacionadas con las habilidades sociales y habilidades comunicativas.
  • Técnicas de gestión emocional.
  • Gestión del trauma/estrés postraumático.
  • Trastorno de ansiedad: herramientas que permitan conocer su funcionalidad y cuándo la ansiedad no es adaptativa (a través de la psicoeducación), además de técnicas que sirvan para bajar los niveles altos de ansiedad.
  • Depresión/síntomas depresivos.

Por otro lado, es importante hacer una labor preventiva tanto a nivel escolar como familiar, dotando a las personas a cargo de los menores tanto de formación e información que sirva para detectar posibles casos como para hacer una labor pedagógica de concienciación con los alumnos.

¿Cómo se promueve la educación emocional en los niños y adolescentes, y cuáles son los beneficios a largo plazo?

La educación emocional permite la adquisición de competencias socioemocionales necesarias para identificar qué nos ocurre, darle nombre, aceptarlo y ser capaces de transitarlo, siendo conscientes y contando con herramientas que nos ayuden en la gestión.

Es importante que desde la infancia se dote a los niños y niñas de competencias emocionales básicas que establezcan una base sobre la que seguir construyendo. Estas competencias harán que su regulación emocional sea adecuada; aumentará su capacidad para aprender la relación que existe entre pensamiento y emoción, y emoción y conducta; desarrollaran la empatía; contarán con un bagaje más amplio de habilidades sociales y comunicativas que harán que aprendan a comunicar necesidades, poner límites y relacionarse de una manera más asertiva. Todo lo anterior facilitará la resolución de conflictos, favorecerá a su autonomía y a construir su autoestima. Son habilidades imprescindibles para el día a día.

A través de la psicoeducación se pueden enseñar estas habilidades de una forma más “guiada” además de que los referentes de niños y adolescentes sirvan de modelo de gestión. La función de la educación emocional es acompañar en la adquisición de estas competencias, las cuales podemos dividir en: regulación emocional, solución de conflictos, toma de conciencia de las emociones, habilidades sociales y empatía (habilidades interpersonales) y autonomía.

¿Qué papel juegan los factores familiares y sociales en el bienestar emocional de los niños y adolescentes, y cómo se abordan en terapia?

Los factores sociales influyen de manera directa en el bienestar emocional, ya que son los que dictan las exigencias a nivel familiar, escolar, laboral y lo que se espera a nivel individual en función del momento vital en el que se encuentre la persona. Atender a estas exigencias impuestas hace que valoremos si somos capaces de llegar a cumplir las expectativas que hemos generado en torno a lo que se espera de nosotros. Habitualmente no es posible cumplir con todo, en tiempo y forma, o puede que lo que se espera de nosotros no sea lo que nos hace bien. Todo esto influye a nivel familiar y, por tanto, a nivel individual en adultos, adolescentes y niños.

En adolescentes y niños, el contexto familiar y el grupo de iguales son los que van a influir más directamente, siendo estas influencias cambiantes en cuanto a importancia en función del momento evolutivo y socioemocional en el que se encuentren: para los niños tendrá más peso la familia y conforme pasan los años y se acerca más la adolescencia, es el grupo de iguales el que tiene mayor relevancia.

Dependiendo de cada caso y de los factores que generen malestar en el paciente, el terapeuta hará hincapié en un tema u otro. Aun así, podemos establecer unas bases en cuanto a la manera de abordarlo que están relacionadas con la psicoeducación, siendo esta fundamental para entender cómo influye en nuestro día a día las necesidades autoimpuestas a nivel social, permitiéndonos conectar con las verdaderas necesidades individuales, ayudándonos a establecer límites y construir una autoestima sana.

Con respecto a los factores familiares, existen multitud de casuísticas que pueden afectar al bienestar emocional de niños y adolescentes: divorcios, pérdida de empleo de los padres, padres ausentes (por motivos laborales u otros), adicción dentro del ámbito familiar, malos tratos, etc.

04 de diciembre de 2023 | Tema: Psicólogo Psicología infantil


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