La Dra. Elisa Seijo Zazo es médico especialista en Psiquiatría, con especial dedicación a la infancia y adolescencia. Licenciada en Medicina en 2000 y especialista en Psiquiatría desde 2006, obtuvo el título de Psiquiatra Infantil y de la Adolescencia en 2021. Doctora “cum laude” por su investigación sobre estimulación cerebral profunda en Parkinson, cuenta además con formación en psiquiatría forense y gestión clínica. Ha centrado su carrera en la asistencia, docencia e investigación en salud mental infanto-juvenil, siendo autora de publicaciones científicas y responsable clínica de la Unidad de Hospitalización Psiquiátrica Infanto-Juvenil del HUCA
El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo que afecta la capacidad de regular la atención, controlar impulsos y gestionar los niveles de actividad. Se caracteriza por patrones persistentes de inatención, hiperactividad e impulsividad que interfieren en el funcionamiento diario. En la infancia, se manifiesta con dificultades para mantenerse concentrado en tareas escolares, movimiento excesivo y respuestas impulsivas. En la adolescencia, los síntomas pueden evolucionar hacia problemas de organización, manejo del tiempo y conductas de riesgo (como uso de sustancias).
a) Niños (3-12 años):
• Hiperactividad: corretear o trepar en situaciones inapropiadas
• Impulsividad: interrumpir conversaciones o juegos
• Inatención: dificultad para seguir instrucciones o completar tareas
b) Adolescentes (13-18 años):
• Dificultades para priorizar responsabilidades académicas
• Problemas emocionales: frustración fácil o irritabilidad
• Conductas impulsivas: decisiones arriesgadas sin medir consecuencias
La detección temprana y el tratamiento continuo mejoran significativamente el pronóstico
El TDAH se distingue por la persistencia, intensidad y repercusión de los síntomas. Por ejemplo: Un niño sin TDAH puede distraerse ocasionalmente, pero uno con TDAH presenta dificultades crónicas para mantener la atención, incluso en actividades placenteras. La
hiperactividad en el TDAH es desproporcionada: el niño no puede permanecer sentado en clase a pesar de intentarlo, mientras que la inquietud ocasional no interfiere significativamente.
El TDAH se diagnostica cuatro veces más en niños que en niñas. Esto se debe principalmente a que los niños suelen presentar el subtipo hiperactivo-impulsivo, que es más visible y las niñas tienden al subtipo inatento, que pasa más desapercibido.
• Rendimiento académico: El 20% de los niños con TDAH tienen trastornos de aprendizaje específicos así como dificultades en comprensión lectora y composición escrita.
• Relaciones sociales:
▪ Niños: suelen ser percibidos como "invasivos" por su intensidad al jugar
▪ Adolescentes: riesgo de aislamiento debido a conflictos recurrentes con pares o conductas inapropiadas para llamar la atención.
El abordaje debe ser multidisciplinar e individualizado:
• Abordaje psicoterapéutico para niños/adolescentes y psicoeducación para padres para establecer rutinas y reforzar comportamientos positivos.
• Abordaje psicofarmacológico: en casos moderados-graves, asociados a psicoterapia.
• Pautas de adaptación específicas en el aula que faciliten el seguimiento de las clases por parte del niño/adolescente así como adaptaciones curriculares.
• En casa: Estructurar horarios con tiempos definidos para estudiar y descansar; Usar listas de verificación para tareas cotidianas
• En la escuela: Ubicar al estudiante cerca del profesor para minimizar distracciones; Proporcionar instrucciones claras y breves.
En líneas generales se afirma que hasta el 60% de los casos mantienen síntomas en la adultez, aunque suelen manifestarse de forma más sutil. En el paso de la infancia a la adolescencia la hiperactividad puede ir disminuyendo, pero persisten desafíos en organización y control emocional.