“El gran equipo humano y la tecnología de vanguardia que aplica Instituto Bernabeu ofrecen a los pacientes los últimos avances en tratamientos y diagnósticos”
Azahara Turienzo se sintió atraída desde pequeña por la formación de la vida. Hoy ejerce su pasión como bióloga en Instituto Bernabeu, donde comenzó su andadura profesional en 2010. Actualmente forma parte de la unidad de donación de semen. De ella destaca que, además de centrarse en la exhaustiva selección de los donantes, se implica en el desarrollo de proyectos de investigación que ahondan en el conocimiento del gameto masculino.
A su juicio, Instituto Bernabeu se distingue especialmente por su excepcional equipo humano y por el uso de la tecnología de vanguardia.
Siempre he sentido una conexión especial con la naturaleza, sentía que subir a la montaña o ir a la playa me reseteaban. Eso unido a un muy buen profesor de biología durante los últimos años del colegio hicieron que tomase esta decisión.
De niña, me acuerdo de leer los libros de “La vida es así” una y otra vez, y en especial el de la formación de la vida, recuerdo hasta llevarlo al colegio para comentarlo con mis amigas. Ese tema era como magia en mi cabeza.
Durante la carrera cursé una asignatura “biología del desarrollo” que me dio luz. Hasta entonces creía que todos los profesionales de clínicas de reproducción asistida eran médicos ginecólogos, pero en ese momento fue como si algo hiciese click. Yo quería ser bióloga, lo tenía claro, y además quería trabajar en reproducción.
Después de todos estos años me doy cuenta de que, cuando uno termina su carrera en la facultad y se lanza al mundo laboral, realmente, no sabe nada de la profesión. Es día a día donde se va formando el profesional. Tengo la gran suerte de pasar este día a día con grandes profesionales que me han enseñado lo que sé hasta ahora. Así que podría decir que todos los días son destacables en cuanto a formación.
Madurez. Aparte de los conocimientos aprendidos y puestos en práctica cada día, todas las etapas laborales que se van cubriendo me han aportado madurez y seguridad en la toma de decisiones en mi trabajo.
El momento en el que comencé a trabajar en Instituto Bernabeu era complicado para los jóvenes buscando trabajo, en el año 2010, la anterior crisis no nos estaba poniendo las cosas muy fáciles. Quizá sea por eso que recuerdo mi primer contrato como bióloga en IB como mi primer logro laboral.
Posteriormente tras tres años trabajando en Instituto Bernabeu, la clínica de Alicante formó parte de un ensayo clínico de una conocida farmacéutica. Esto me permitió, por un lado, descubrir un aspecto de la biología con el que no había estado en contacto hasta ese momento, los ensayos clínicos. Y por otro lado, trabajar más de cerca con los doctores, algo que me dio la oportunidad de conocer su lado más humano.
Durante aquel ensayo clínico también tuve la oportunidad de estar muy cerca de los pacientes. Hubo una pareja en concreto que recuerdo con mucho cariño, muy fans de una famosa saga cinematográfica, que le pusieron a sus hijos los nombres de los protagonistas.
Mis padres. Su acompañamiento en la vida basado siempre en el respeto hacia mis decisiones y su apoyo incondicional, hasta el punto de mudarse de ciudad para poder estar cerca cuando más los he necesitado.
Su equipo humano, sin duda, como primer aspecto, destacando de igual manera tanto la parte emocional y afectiva como su profesionalidad.
La tecnología de vanguardia que permite ofrecer a los pacientes los últimos avances en tratamientos y diagnósticos.
Actualmente formo parte de la unidad de donación de semen. Realizamos una labor muy interesante, no sólo en la selección de los donantes, sino llevando a cabo proyectos de investigación que nos permiten conocer aún más el gameto masculino.
La individualización de los tratamientos para cada paciente. Esta es una labor que ya llevamos a cabo en Instituto Bernabeu, pero estamos convencidos de que aún queda mucho por hacer en este campo.
Que confíen. Que confíen en los profesionales que han elegido, que confíen en que se puede lograr su sueño. Si nos enfocamos en la meta de forma positiva, el camino suele ser más llevadero.
Soy una mujer positiva, me encanta leer, los planes improvisados y los días de lluvia. Nací en Bilbao y viví allí hasta que comencé a trabajar en Instituto Bernabeu hace ya 11 años (será por eso lo de la lluvia, que me hace sentir en casa…).
Intento ser consciente de los regalos que nos hace la vida todos los días y si alguna vez se me olvida, tengo dos personitas fabulosas en casa que me recuerdan día a día qué es lo más importante.