Alzheimer

El Alzheimer es una enfermedad que también se conoce como demencia senil y que tiene carácter neurodegenerativo, poniéndose de manifiesto con trastornos de la conducta y deterioro cognitivo. Una de las cosas que ocurren para que se produzca es que se pierde una sustancia fundamental para el funcionamiento del cerebro, que es la acetilcolina.

Los síntomas del Alzheimer se diferenciarán según su etapa

Leve: No se aprecia aún, ni en el paciente, ni en su entorno, ya que todavía se puede conducir o trabajar, aunque ya se dan pequeñas pérdidas de memoria, falta de iniciativa, dificultad para la organización o resolución de problemas. También puede cambiar el humor, estar apático, etc.

Moderado: Es evidente para el entorno. No sólo se pierde memoria, sino que no se puede planificar algo, perdiendo capacidad de razonar. El deterioro es rápido. La apatía y depresión del paciente es frecuente.

Grave: Existe un grave deterioro cognitivo, los afectados se desorientan, no hablan correctamente, no reconocen a familia o amigos, se olvidan de cosas. Los que están en un estadío más avanzado no se acuerdan de cómo sentarse o andar, se quedan inmóviles, ya no tienen autonomía, hay que alimentarles, etc. 

Las causas del Alzheimer

Son difíciles de determinar, sin embargo hay situaciones que hacen que la patología tenga más probabilidades de aparecer: Es más frecuente en mujeres, mayores de 60 años; sólo en un 1% hereditaria genéticamente, en la variante de Alzheimer familiar; pero que en un 40% de los casos si presenta antecedentes familiares; más frecuente en personas fumadoras o con dieta grasa.

Diagnóstico

Las pruebas diagnósticas utilizadas para determinar qué cambios se van produciendo en el cerebro, son la tomografía, tipo PET, la resonancia magnética, o la mezcla de ambas. A esto se suma, la analítica de sangre y orina para descartar otras demencias, y como primer paso la información aportada por el propio paciente y familiares.

Tratamientos para el Alzheimer

Los tratamientos existentes hasta el momento para el Alzheimer no son capaces de revertir el proceso degenenativo que conlleva, pero si pueden retrasar su progresión. Entre ellos están los inhibidores de la acetilcolinesterasa, anticolinesterásicos que aumentan la acetilcolina en el cerebro, que se indican para las primeras fases. A ellos hay que sumar tratamientos sintomáticos, para la depresión, incontinencia, infección de las vías urinarias, etc. según van apareciendo.

Foto: Patricio Realpe/Asnerp