La citología vaginal forma parte de los exámenes que la mujer debe realizarse de forma rutinaria y que permite detectar alteraciones celulares, infecciones, entre otras por virus del papiloma humano, lesiones precancerosas y de forma precoz el cáncer de cuello de útero.
Si se observa cualquier alteración, es necesario realizar una biopsia, para confirmar el diagnóstico.
En la realización de una citología el ginecólogo toma una muestra del fondo de la vagina y del exterior e interior del cuello; para ello utiliza un espéculo y una espátula, que son de un único uso, desechables. En cuanto a la periodicidad de realización, esta oscila entre los 3 y los 5 años, dependiendo de la edad e indicaciones del ginecólogo.
Para que los resultados de la citología sean óptimos, se tienen que evitar las relaciones sexuales las 48 horas anteriores a realizar la prueba, la última menstruación tiene que haber finalizado 4 o 5 días antes, al menos, no hay que lavarse internamente, ni haber utilizado en los 5-7 días anteriores espermicidas, óvulos, cremas vaginales, etc.
La citología no permite diagnosticar otros cánceres ginecológicos, como el cáncer de útero, o endometrio y el cáncer de ovarios.