Un electrocardiograma es una prueba diagnóstica para registrar la actividad eléctrica del corazón. Se trata de una prueba indolora, que consiste en colocar electrodos o parches en diferentes partes del cuerpo, los mismos a su vez se conectan con una máquina, que transforma las señales eléctricas del corazón en líneas, que serán analizadas por el cardiólogo. El único efecto secundario que pude tener es que se irritite la zona donde se colocan los parches.
Se trata del primer examen para comprobar una cardiopatía. Además sirve para medir los efectos de un marcapasos o de fármacos; daños en el corazón; si los latidos son normales, etc.
El electrocardiograma no tiene por qué forma parte de los chequeos de salud anuales, sino que se pedirá si se tienen antecedentes familiares de cardiopatía, en situación de palpitaciones o dolor en el tórax, antes de una cirugía o si se han tenido problemas cardiacos anteriores.
¿Qué significan unos resultados anormales en un electrocardiograma?
La importancia del electrocardiograma para los corredores
Casi la mita de los corredores aficionados que participan en las carreras populares no se ha hecho nunca un chequeo médico, y el 69% tampoco un electrocardiograma, según apunta el Consejo Superior de Deportes.
Muchas de estas carreras, por su componente solidario, invitan a la máxima afluencia de participantes, que son de todas las edades y condiciones físicas. Se calcula que más de 1.300.000 personas corren en estas carreras, entre deportistas y aficionados, tal como ha dicho la Real Federación Española de Atletismo, de los cuales solo 20.000 están federados.
Con este aumento de la influencia, también lo han hecho los episodios cardíacos de gravedad, que incluso han llegado a costar la vida a varios corredores. Es por ello que los profesionales del sector de la cardiología insisten en lo importante que es someterse a un reconocimiento médico deportivo antes de practicar actividad física de este tipo para así poder disminuir la incidencia de la muerte súbita de origen cardiovascular asociada a los corredores. Un electrocardiograma podría detectar cualquier anomalía y poder alertar así a quien la padece para que se someta al tratamiento que necesita y así reducir el riesgo de estos episodios.