El electroencefalograma, EEG es una prueba diagnóstica de carácter neurológico o neurofisiológico, cuyo objetivo es registrar la actividad eléctrica cerebral, en situación de reposo, mientras se duerme o en la vigilia y también con activaciones como pueden ser los estímulos intermitentes luminosos. Se realiza con un equipo de electroencefalografía.
También permite diagnosticar y diferenciar situaciones de coma profundo y de muerte cerebral, ya que en el primer caso hay actividad cerebral, que no se da en el segundo.
Es importante la preparación previa, evitando las 12 horas previas a la prueba ingerir coca-cola, café, bebidas energizantes; se tendrá que lavar el cabello y no usar gominas, acondicionadores, cosméticos, etc.
La prueba se realiza sentado, y te colocan los electrodos, mediante parches, entre 16-25, que se pegan en el cuero cabelludo y que tienen un cable que acaba en el osciloscopio o aparato encargado de registrar las señales eléctricas. Se aplica un gel capilar para la mejor conducción de los impulsos eléctricos. Es importante estar relajado durante la prueba, para registrar la actividad del cerebro en reposo, lo que seguirá de cerca el especialista, que también se encargará de realizar los estímulos, para detectar la actividad cerebral en esta situación. Cuando acaba la prueba, se retiran los electrodos y se quitará el resto de gel.
Se pueden deber a la existencia de un tumor cerebral, a un infarto cerebral, a hemorragia o sangrado anormal, a situaciones de adicciones, migrañas, trastornos del sueño, entre otras, que deberán ser analizadas por el neurólogo o neurofisiólogo.