La encefalitis es una enfermedad de tipo neurológico, poco frecuente, que puede llegar a afectar tan sólo 3-5 personas por millón de habitantes. Caracterizada porque se inflama el encéfalo o cerebro, tiene un origen infeccioso viral, y puede estar provocada por diferentes tipos de virus, como por ejemplo:
Otras causas pueden ser las reacciones a algunas vacunas, un efecto secundario del cáncer, enfermedades autoinmunitarias, etc.
Sus síntomas se parecen frecuentemente a un común resfriado, con fiebre no muy alta, dolores articulares, cansancio o apatía, por lo que a veces resulta difícil de detectar.
Existen síntomas más evidentes de la existencia de un problema cerebral, como por ejemplo:
El primer paso para que el neurólogo diagnostique la encefalitis es realizar una historia clínica completa del paciente, así como un examen físico, donde se puede apreciar problemas de reflejos, erupciones en la piel, dificultades en el habla, problemas musculares, ec.
Entre las pruebas diagnósticas que se pueden realizar para verificar la presencia de la enfermedad están:
El tratamiento tendrá varios objetivos:
Imagen: Dcoetzee en Wikimedia
La vacuna contra la encefalitis podría no ser 100% efectiva
El virus de la encefalitis japonesa es causa de la encefalitis viral o infección en el cerebro en este continente, y todavía no existe un tratamiento específico para curarlo, por lo que a largo plazo puede causar la muerte o la discapacidad grave de quien la padece, lo cual es motivo de preocupación de los neurólogos.
La Organización Mundial de la Salud recomienda vacunar a las personas en aquellas zonas donde esta enfermedad es reconocida como un problema de salud pública, pero un reciente estudio alerta de que las vacunas que se están usando en la actualidad podrían no estar protegiendo a los individuos contra una cepa emergente.
Unas 3.000 personas que viven en 24 países del sureste de Asia y el Pacífico Occidental tienen riesgo de contraer este virus. Existen cinco genotipos de encefalitis diferentes. Aunque el quinto fue aislado en un paciente en 1951, no se había vuelto a ver hasta 2009 en China y luego en Corea, y la población podría no estar protegida ante esta cepa de encefalitis, que puede tener graves consecuencias en la salud de quien la padece. Se sabe que pocos de los vacunados contra la encefalitis están protegidos contra esta cepa.