El estrés postraumático es un trastorno psicológico que se diagnóstica tras la aparición de una serie de síntomas clínicos derivados de la vivencia de un acontecimiento traumático que queda marcado en la mente del individuo. Los síntomas presentes más habituales son: la reexperimentación de imágenes mentales de la situación traumática una y otra vez (flashback) en contra de la propia voluntad, sentimientos de culpa, ira e irritabilidad, falta de concentración, respuestas de ansiedad con alta activación fisiológica, evitación de situaciones, pesadillas nocturnas e insomnio.
La existencia de esta sintomatología desarrolla pensamientos relacionados con el acontecimiento por lo que el sujeto no desconecta provocando una ansiedad anticipatoria e inseguridad vital percibiendo el mundo como peligroso.
La aparición del trastorno dependerá del tipo de suceso traumático, la duración del mismo, la experiencia personal del individuo y si la persona está acompañada o no.
Los estudios presentan porcentajes en situaciones donde se desarrolla una mayor probabilidad de desarrollar estrés postraumático y son las siguientes:
El tratamiento se basa en diferentes métodos: información de lo que le está sucediendo, prevención de respuesta, exposición a situaciones, entrenamiento en relajación
Uno de los tratamientos más novedosos y eficaces para el estrés postraumático es el EMDR: La Desensibilización y Reproceso por el Movimiento de los ojos, identificación y neutralización de los procedimientos contraproducentes cada uno de ellos en función de la historia clínica de la persona y su adecuación y pertinencia al caso.