La fisioterapia postoperatoria en pacientes intervenidos por distintos motivos puede resultar ventajosa para la reducción de la estancia media hospitalaria y, en fin, con el objetivo de lograr el restablecimiento de la capacidad funcional. Ayuda a una evolución más rápida de su patología en cuanto a reducción del dolor y recuperación general en aquellos pacientes que pudieran precisar de un tiempo de rehabilitación tras un proceso quirúrgico.
Toda intervención quirúrgica provoca alteraciones de muy distintas clases, tanto a nivel bioquímico y fisiológico como morfológico, pudiendo ocasionar secuelas a muy distintos niveles. Entre ellas, signos y síntomas que deriven en alteraciones sensitivas y motoras, reduciendo el movimiento articular.
Con el fin de tratar o minimizar este tipo de problemas, entre los que se incluyen aquellos asociados al miedo y evitación, podemos recurrir a distintos tratamientos, entre ellos el que propone la fisioterapia.
En numerosas cirugías el tratamiento recomendado para optimizar la recuperación del paciente en rapidez y eficacia es la fisioterapia. Es el caso de buena parte de las rehabilitaciones llevadas a cabo tras operaciones de hombro, de rodilla, colocación de prótesis de cadera, operaciones de columna, de tobillo, pie, codo, etc.
De hecho, son numerosos los procesos quirúrgicos que lo consideran fundamental para la rehabilitación y, por lo tanto, lo aconsejan como tratamiento post operatorio, considerando el paso por el fisioterapeuta como indispensable para conseguir una mejoría significativa del paciente postquirúrgico.
Gracias a la fisioterapia, en efecto, la recuperación del paciente será lo más rápida y eficaz posible en reducción del dolor y mejora del control motor. De este modo, se mejora la movilidad y, por lo tanto, se reduce la discapacidad que todo ello provoca. Si bien la recuperación total no siempre es posible, al menos se aspira a lograr una función del hombro útil, con sus limitaciones, sumado a un control eficaz del dolor.
Aunque cada caso requiere de una actuación personalizada, el protocolo fisioterápico es habitual después del tratamiento quirúrgico de prótesis de hombro como consecuencia de una fractura grave o lesión degenerativa.
Por lo general, las secuelas más destacables tras el tratamiento quirúrgico de artroplastia de hombro son de tipo funcional, así como el dolor, en cuyo caso la fisioterapia puede hacer un buen papel con una duración del tratamiento que puede variar en cada caso.
Aun así, la opción de la fisioterapia debe justificarse en cada paciente, en función de distintos factores, como el perfil del paciente, la técnica quirúrgica empleada o, por ejemplo, el proceso de cicatrización de las estructuras implicadas.
Además de la farmacología, igualmente, la fisioterapia se puede combinar con otras técnicas, como la electroterapia o la kinesiterapia, el área de la fisioterapia que lleva a cabo el tratamiento de enfermedades y lesiones a través del movimiento.
La rehabilitación de prótesis de rodilla es otro ejemplo de uso de fisioterapia para disminuir el dolor, lograr estabilidad del miembro y movilidad funcional, llevada a cabo tras una cirugía de artroplastia para la colocación de una prótesis.
La colocación de prótesis de cadera, intervención frecuente en personas de edad avanzada, es una cirugía mayor salvo que se utilicen nuevas técnicas, en cuyo caso resulta menos invasiva y facilita la recuperación. Sea como fuere, en especial cuando se llevan a cabo intervenciones de tipo tradicional, la fisioterapia puede ayudar de forma importante a que el paciente mantenga sus actividades pese a llevar una prótesis.
Igualmente, en la fase pre operatoria la fisioterapia puede ayudar a evitar la pérdida de masa muscular mientras se está a la espera de la intervención. Por su parte, el postoperatorio requiere de ejercicios que prevengan y corrijan la debilidad de la masa muscular, pues de este modo a su vez se previenen atrofias y complicaciones a largo plazo. Son ejercicios que deben realizarse bajo la supervisión de un fisioterapeuta, siguiendo el protocolo de tratamiento establecido por el médico en función del caso concreto y de las necesidades que marque la misma evolución de la cirugía.
De igual manera, las operaciones de columna pueden requerir de tratamientos pre y post operatorios para lograr una buena recuperación después de una intervención de este tipo.
Teniendo en cuenta que no todas las lesiones de espalda son del mismo tipo ni tampoco las intervenciones, tanto la dolencia de que se trate como el procedimiento influirán de forma importante en el tiempo y tipo de recuperación.
Asimismo, hay que considerar que el postoperatorio de las intervenciones quirúrgicas en traumatología suele ser doloroso, por lo que el control del dolor con fármacos será decisivo para controlar el dolor e ir avanzando en la recuperación. Por último, en la rehabilitación no necesariamente hemos de limitarnos a la fisioterapia, por lo que el consejo profesional puede ayudarnos a encontrar la mejor fórmula para nuestro caso.