Técnicamente, los juanetes son la deformidad que se produce por una desviación del primer metatarsiano del dedo gordo del pie. Una definición breve pero también algo oscura, que aclararemos en el siguiente epígrafe, además de hablar de sus causas, síntomas y tratamiento.
Cuando el dedo gordo no está en paralelo a los demás, apunta hacia el segundo deso y además está orientado hacia el exterior hablamos de hallux valgus, también llamado juanetes, una patología frecuente, sobre todo en las mujeres. La mayoría de los casos comienza entre los 40 y los 50 años.
En suma, el hallux valgus puede definirse como la deformidad que se produce en el pie a consecuencia de la desviación hacia afuera de la articulación del dedo gordo del mismo. Debido a su desviación se apoya o descansa sobre el segundo dedo, formándose una especie de bulto a un lado del dedo gordo.
Por lo tanto, aunque hallux valgus y juanete se utilizan de forma indistinta, en realidad éste es una consecuencia de aquel. En el siguiente epígrafe trataremos de las causas y síntomas, si bien se resumen en lo apuntado, ya que el juanete se inflama y enrojece como resultado de dicha desviación, pudiendo causar síntomas difíciles de soportar: mucho dolor y molestias, piel callosa y enrojecida, una protuberancia ósea o, por ejemplo, dificultad para usar el calzado habitual.
Los juanetes, como hemos visto, los provoca una desviación del primer metatarsiano del dedo gordo del pie, ocasionada por distintas causas, como por ejemplo:
En concreto, las personas con defectos óseos en el pie pueden desarrollar más fácilmente los juanetes. Como se ha apuntado, se trata de una anomalía muy incómoda, que puede provocar dolores importantes, y en uno de cada cuatro casos se trata de un problema hereditario.
La tratamiento de los juanetes dependerá del diagnóstico que realice el traumatólogo o médico especialista de cada paciente, pues cada caso tiene una complejidad distinta, al tiempo que se encuentra en una fase de mayor o menor desarrollo.
Cuando un juanete comienza a desarrollarse es importante realizar un diagnóstico temprano (es importante conocer si se debe a un problema óseo subyacente), sin que ello desaconseje aplicar una serie de remedios que permitan mejorar la calidad de vida del paciente.
Entre otros consejos, se recomienda utilizar calzado amplio para que los dedos no sufran, así como plantillas específicas para proteger el juanete o espaciadores digitales para separar los dedos primero y segundo.
Cuando el juanete empeora el dolor también se intensifica, pudiendo impedir realizar una vida normal o incluso provocar infecciones, sobre todo en pacientes diabéticos.
Los tratamientos pueden disminuir el dolor y la incomodidad, e incluso disminuir la deformación del pie o frenarla. Sin embargo, los juanetes son una dolencia crónica, al margen de que los tratamientos sean más o menos efectivos.
Por otro lado, los juanetes pueden tratarse con una intervención quirúrgica cuando el traumatólogo lo aconseje. En algunos pacientes, si ésta no se realiza a tiempo, podría causar otros problemas graves, como dedos en martillo o en garra, entre otras deformaciones más difíciles de tratar.
Por otro lado, también puede darse el caso contrario, puesto que algunos pacientes pueden tener un juanete durante años sin presentar síntomas de consideración. Sin embargo, en la mayoría de los casos se trata de una patología que cursa con dolor.
La operación suele ser recomendada cuando el dolor es demasiado grande. Aunque los resultados de la intervención suelen ser muy satisfactorios, se trata de una operación que los pacientes temen a causa del dolor post-operatorio y la dificultad que implica volver a caminar difícil. Sin embargo, actualmente existe una técnica llamada percutánea que resulta menos invasiva.
La cirugía percutánea de juanetes, en concreto, se realiza con anestesia local, de forma ambulatoria, por lo que no es necesaria la hospitalización y, al igual que ocurre con otras técnicas quirúrgicas utilizadas para tratarlos su resultado es definitivo. Es decir, consigue evitar que vuelvan a producirse, puesto que se corrige el desviamiento del hueso para así poder realinearlo.
Después de la operación, que dura entre 30 y 90 minutos, dependiendo de la complejidad de cada caso, por lo general, el paciente sale caminando el mismo día de la intervención, gracias a que se trata de una cirugía sin osteotomía.
Ello significa que, a diferencia de otras intervenciones, tan solo se realizan tres o cuatro incisiones de pequeño tamaño. Por lo tanto, no se ha de cortar el hueso ni dañar mucho el tejido. El objetivo de la intervención es la corrección de la posición de la articulación con el fin de que el pie recupere su funcionalidad.
¿Qué son los juanetes?
Los juanetes son un problema común entre la población, que de hecho ocupa los primeros puestos en las listas de espera para cirugía, junto a otras operaciones menores como los problemas de varices. Por juanetes entendemos las deformidades del primer dedo del pie cuando se refiere a la protuberancia del borde interno del pie al nivel de la cabeza y el primera metatarsiano. Sin embargo, el término científico hallux abductus valgus es más correcto, ya que engloba la complejidad que hace que sea necesario elegir un buen tratamiento y que este esté realizado por un profesional, normalmente traumatólogo, con experiencia.
Los juanetes afectan en mayor medida a las mujeres y tienen un componente genético. En realidad, esto no influye en la transmisión en sí sino en la herencia de las tipologías y deformidades del pie, que pueden facilitar la aparición de estos. Por eso, se sabe que son mucho más frecuentes en pies que ya tenían una deformidad previa.
Son frecuentes en pies cavos o planos y por el uso de calzado inadecuado, como zapatos con tacón o con la punta muy estrecha, por eso su aparición se puede prevenir siguiendo unos hábitos saludables y eligiendo bien el calzado.
Imagen: BruceBlaus en Wikimedia