La periodoncia es el tratamiento de los problemas de las encías y el hueso que sostiene los dientes, para el mantenimiento de la salud, función y estética de estos.
Básicamente, la periodoncia es la parte de la odontología que se ocupa de las patologías relacionadas con el periodonto. Una definición breve y concisa, si bien no resulta todo lo descriptiva que debiera cuando se busca su lado práctico.
Será más fácil definirla si nos centramos en la práctica clínica con más detalle. Así pues, como indica el término mismo, la periodoncia es el área de la odontología que se utiliza para el tratamiento de las enfermedades periodontales, aquellas que afectan a las estructuras que sostienen el diente en el hueso, como son la gingivitis o la periodontitis.
Por otro lado, la similitud entre los tejidos periodontales y periimplantarios han hecho que distintos conceptos y técnicas periodontales se apliquen también a la implantología. Actualmente, la periodoncia también se ocupa de las enfermedades periimplantares, como es la periimplantitis.
Dentro de las claves de una buena salud dental y, en particular, de la salud de las encías, un diagnóstico temprano de la periodontitis es fundamental para actuar a tiempo. Idealmente previniendo o, al menos, abordando las patologías periodontales desde la fase inicial.
A tal objetivo, ayudará tanto una buena higiene bucal y acudir al odontólogo para efectuar revisiones de forma regular como la realización de una limpieza de boca para eliminar placa y sarro, al menos una vez al año.
Tratar a tiempo la gingivitis, una de las patologías periodontales más comunes, es un buen ejemplo de la importancia de prevenir la enfermedad dental y diagnosticarla cuanto antes, pues constituye la puerta de entrada a otras enfermedades más graves, como es la periodontitis, consecuencia de la agravación de aquella.
La enfermedad periodontal es producida por la infección de bacterias que se encuentran normalmente en la boca de cualquier persona, pero para las que, por diversas razones, no se posee un sistema eficaz de defensa, dañando la encía y el hueso y debilitando el diente.
En general, son patologías y condiciones que se producen por distintas causas, como la acumulación de placa bacteriana y sarro en el cuello de los dientes, en la línea gingival, concretamente en el borde de la encía (gingivitis) o por debajo de ésta, en cuyo caso hablamos de periodontitis.
Otras causas de la enfermedad periodontal son la genética, el estrés, los cambios hormonales propios de la pubertad, el uso de la píldora anticonceptiva o la menopausia, así como distintas patologías, -entre otras la diabetes, el cáncer y el SIDA- o tratamientos médicos que resulten perjudiciales para la salud de las encías.
Las dos manifestaciones de esta enfermedad son la periodontitis y la gingivitis. Los sintomas que permiten detectarla son:
La mejor forma de prevención es una correcta higiene bucodental.
La gingivitis y la periodontitis son las principales enfermedades periodontales que afectan a la dentición. Mientras la primera se manifiesta con inflamación y sangrado de la encía, la periodontitis afecta también al hueso que soporta el diente.
Esta última, por lo tanto, va provocando la destrucción del hueso que soporta el diente. Si no es tratado a tiempo, la periodontitis avanzada puede provocar la pérdida de los dientes.
Para tratar la gingivitis se hace necesario llevar a cabo un tratamiento de periodoncia que consiste en una limpieza de boca para eliminar la placa bacteriana y el sarro. Un tratamiento que se realiza de forma regular, complementándolo con una correcta higiene bucal, utilizando productos antisépticos adecuados para evitar la proliferación de bacterias en la boca.
Si no se actúa a tiempo para controlar la gingivitis, ésta progresará fácilmente, convirtiéndose en periodontitis. Uno de los síntomas más evidentes de la periodontitis es la acumulación de placa bacteriana y sarro por debajo de la línea de la encía.
También se produce una inflamación alrededor del diente. En la periodontitis, las encías forman espacios o bolsas que se infectan, llamadas bolsas periodontales.
Igualmente, se produce un daño a la raíz del diente, al hueso y tejidos que lo sostienen. Es decir, si no tratamos a tiempo y debidamente la enfermedad de las encías, los dientes pueden debilitarse y caerse.
Además, el sistema inmunitario lucha contra las bacterias conforme la placa se extiende y las toxinas de éstas junto con la respuesta natural del cuerpo contra la infección van deteriorando el hueso, encías y el tejido conjuntivo, aflojando los dientes.
Los tratamientos tienen un coste que dependerá de distintos factores, entre ellos la ubicación de la clínica, su política de precios o lo avanzado que se encuentre la enfermedad.
En el caso de una gingivitis en sus primeras etapas, podría bastar con una limpieza de boca anual, en cuyo caso el precio estará en torno a los 50 euros. Sin embargo, la periodontitis supone mucho más gasto, aunque en sus fases iniciales el tratamiento consiste en raspar y alisar la raíz del diente, eliminando la placa y el sarro de las bolsas periodontales.
A esta técnica se la conoce como curetaje dental, y un tratamiento de la boca entera podría rondar los 300 euros. Sin embargo, si es una periodontitis avanzada quizá sea necesario realizar una cirugía periodontal, así como utilizar técnicas para regenerar el hueso perdido, con lo que el presupuesto sería muy superior.
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Una buena salud bucodental, clave para prevenir la neumonía
Como es bien sabido, la salud bucodental juega un papel fundamental en la salud general. En concreto, la falta de higiene oral puede ocasionar enfermedades tan conocidas como las caries o la periodontitis, pero también derivar en patologías cardiovasculares, cánceres y también neumonía.
Según un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de la Mancomunidad de Virginia en Richmond, en Estados Unidos, no ir al dentista dispara el riesgo de padecer neumonía. En cifras, las personas que no acuden al odontólogo tienen un riesgo un 86 por ciento mayor de desarrollar neumonía que aquellas que acuden dos veces al año.
“La conexión entre la salud oral y la neumonía está bien documentada, y las visitas a la consulta del dentista son importantes para mantener una buena salud oral. Es cierto que no podemos eliminar completamente las bacterias de nuestra cavidad oral, pero también es verdad que una buena salud bucodental puede limitar la cantidad de bacterias presentes”, explica Michelle Doll, líder de la investigación.
Si bien no se pueden eliminar las bacterias que pueden causar neumonía mediante la simple respiración por nariz y boca, las visitas rutinarias al dentista sí pueden ayudar a reducirlas. Por último, la neumonía es una enfermedad del sistema respiratorio potencialmente mortal, causada por una bacteria, hongo o virus.