Tiroides

La tiroides o glándula tiroidea es una glándula endocrina del organismo encargada de producir hormonas. Sus funciones son regular el metabolismo, es decir, la manera en que el organismo adquiere energía de los alimentos ingeridos y producir proteinas. El yodo es básico para un buen funcionamiento del tiroides, ya que es el que facilita la producción de la hormona tiroidea.

La enfermedad del tiroides se caracteriza porque la energía se consume más despacio de lo debido, hipotiroidismo, o más rápido, hipertiroidismo. Algunos de los síntomas del hipotiroidismo son cansancio, aumento de peso, lentitud mental y los del hipertiroidismo pérdida de peso, especial sensibilidad al calor, y aumento del ritmo cardiaco.

El endocrino, en el tratamiento del hipotiroidismo, busca recuperar la hormona tiroidea que falla en su funcionamiento, para ello puede utilizar levotiroxina, fármaco que se ingiere vía oral y en dosis bajas, buscando el equilibrio de la hormona tiroidea. El seguimiento periódico es fundamental, así como una dieta adecuada para facilitar que el medicamento haga el efecto deseado.  Otros métodos a partir de terapias alternativas, para reducir los síntomas del hipotiroidismo, son la fitoterapia y la acupuntura. La consulta con el especialista es imprescindible en todos los casos.

Cáncer de tiroides, cada vez más frecuente

Los casos del cáncer de tiroides son poco frecuente, pero aumentan cada año por las mejoras y mayor uso de los métodos diagnósticos, lo cual no descarta que también lo haga su incidencia real, según afirma la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) con motivo del Día Nacional de Cancer de Tiroides, celebrado el 28 de septiembre.

Con motivo del evento, la SEORL remarcó que se trata de una patología de pronóstico bueno, si bien no se puede prevenir y afecta al 1 por ciento de la población adulta, sobre todo en mujeres. Por lo general, se presentan durante una exploración rutinaria, ya que son palpables y adoptan la forma de nódulo tiroideo, al tiempo que son indoloros.

En cifras, entre el 4 y el 7 por ciento de la población posee este tipo de nódulos, pero sólo un 5 por ciento de ellos son tumores malignos. Un historial de radioterapia o radiación en cabeza y cuello durante la infancia o a lo largo de la vida, historia familiar sexo masculino, consistencia dura, disnea o disfagia son algunos de los factores que aumentan la probabilidad, apuntan los expertos.

La ecografía en alta definición y otras novedosas pruebas permiten mejorar su identificación y, por lo tanto, también el diagnóstico, explican desde la asociación. Con la ventaja de que actualmente los pacientes tienen un mayor acceso a este tipo de pruebas, ya que los hospitales disponen de los equipos necesarios para su realización.