El tratamiento capilar tiene por objeto dar respuesta a los problemas capilares que son diferenciados en mujeres y hombre y entre los que nos encontramos la caspa, la seborrea o exceso de grasa en el cabello, la sequedad o aspecto áspero del cabello y los diferentes tipos de alopecia, entre los que destacan la alopecia androgenética, la alopecia areata, la alopecia por estrés, la alopecia difusa, la tóxica o la cicatrizal.
Los problemas previamente enumerados pueden tener muy distintos orígenes, entre ellos nos encontramos los trastornos dietéticos, la ansiedad y estrés, las enfermedades autoinmunes, el tratamiento con determinados fármacos, el embarazo, los cambios hormonales, la anemia, el uso de tintes, el agua del mar, excesiva exposición al aire y al sol, mala alimentación, entre otros.
El especialista en medicina estética, tras diagnosticar nuestro problema capilar, determinará el tratamiento más óptimo, que puede ser:
Será preciso realizar un análisis detallado de la situación del cabello del paciente, de su densidad, de la miniaturización, de la velocidad a la que se está produciendo la caída, para a partir de ahí determinar el tratamiento más óptimo.
Mesoterapia capilar, microinyectando vitaminas y fármacos en el cuero cabelludo, para que lleguen a los folículos evitando que la alopecia evolucione de forma rápida.
Cirugía capilar o trasplante de pelo, mediante microinjertos capilares, que pueden utilizar dos técnicas, la técnica FUE y la técnica FUSS, ambas basadas en una redistribución de pelo de zonas con más densidad capilar a otras afectadas por la calvicie. Ambas técnicas de carácter ambulatorio y realizadas con anestesia local.