El vítreo es un gel formado por agua en su mayor parte, un 99%, por células, por ácido hialurónico y por fibras colágenas o colágeno insoluble. El mismo está adherido a la retina, pero con el paso del tiempo se va separando de forma natural de la misma, proceso que se denomina, desprendimiento del vítreo. Uno de los primeros síntomas es la visión de moscas, hilos o telarañas que flotan, que a su vez puede acompañarse de destellos y visión borrosa. En este caso es importante la consulta con el oftalmólogo.
El desprendimiento del vítreo es una enfermedad común que no lleva a la ceguera, pero en ocasiones puede ser un síntoma de condiciones médicas de distinto tipo relacionadas con la retina, por lo general de tipo grave.
En este artículo vamos a definir brevemente el concepto de vítreo, así como su desprendimiento por distintos factores como la edad, la miopía, infecciones o traumatismos, además de mencionar posibles tratamientos.
Antes de entrar en el concepto de desprendimiento de vítreo debemos conocer cuál es la estructura del interior del ojo en la que éste se produce. Básicamente, definimos el vítreo o humor vítreo como un gel acuoso transparente de colágeno que rellena la parte interna del ojo, conocida como cavidad vítrea.
Se trata de una sustancia gelatinosa ubicada entre la retina y la cara posterior del cristalino, que tiene unas áreas de anclaje para posibilitar su unión a la retina, así como al borde de los vasos retinianos. Este gel, por lo tanto, está envuelto por una membrana llamada hialoides.
El desprendimiento de vítreo suele producirse de forma natural, como un proceso fisiológico más, por lo general asociado a la edad, que suele producirse en personas de alrededor de 60 años.
Como hemos apuntado, la edad no es la única razón que puede ocasionar dicho resultado. Distintas condiciones médicas oculares o lesiones derivan en ocasiones, así pues, en un desprendimiento de vítreo que se produce como consecuencia de una separación de las zonas que lo unían a la retina.
Si se produce de forma paulatina, el vítreo va sufriendo progresivamente un proceso de cambio en su estructura y deshidratación que lo lleva a formar condensaciones, comúnmente llamadas "moscas flotantes". Ya sea por la edad o diversas patologías, se produce una licuefacción del mismo que provoca su separación de la retina.
Cuando se produce el desprendimiento de vítreo el paciente pierde capacidad visual. Además de las "moscas flotantes", que se ven de forma permanente o temporal, con más o menos intensidad, se puede tener una visión borrosa, además de acompañarse a veces de una molesta sensación de ver destellos.
Existen algunos casos de mayor riesgo de desprendimiento de vítreo, que son la diabetes, alta miopía, traumatismo ocular, edad avanzada y antecedente en la familia de desprendimiento de retina.
La forma de diagnosticarlo es mediante diferentes exámenes como la ecografía ocular, el análisis del fondo de ojo o la tomografía óptica coherente.
No hay un tratamiento para el desprendimiento de vítreo, pero se hace preciso un seguimiento permanente por parte del oftalmólogo, para cerciorarse de que el mismo no va a acompañado de un desprendimiento de retina, producido por una tracción del vítreo sobre la retina.
Se hace necesario contar con el diagnóstico personalizado para cada paciente. Si bien se trata de una patología relativamente común, existen una serie de factores de riesgo, como son las lesiones retinianas o la alta miopía, que pueden complicar el cuadro.
Una gran mayoría de los pacientes con desprendimiento vítreo, por lo tanto, no desarrollan complicaciones. Aun así, se importante acudir a urgencias si se ven puntos negros flotando o destellos de luz, sobre todo cuando se vean de forma cada vez más intensa, al margen de que el oftalmólogo nos haya indicado reposo y algunos fármacos, comúnmente gotas.
El binomio desprendimiento de vítreo y deporte es también muy frecuente. En este caso, el examen médico determinará su gravedad. En buena parte de los casos bastará con tomar unas mínimas precauciones. Entre otras, tener cuidado con los movimientos bruscos, intentando evitarlos, y guardar reposo hasta la recuperación.
En otras palabras, muy a menudo el desprendimiento de vítreo no requiere de tratamiento, pero siempre es aconsejable someterse a una evaluación oftalmológica para evitar posibles complicaciones. Igualmente, se hace necesaria con el fin de poder actuar lo antes posible en casos más graves, por lo que un examen del fondo del ojo es necesario.
Si junto a sombras flotantes con forma de telaraña o puntos negros se observan fogonazos de luz podría tratarse de un caso grave que requeriría una intervención rápida, puesto que podría estar generándose una tracción vitreoretiniana que entrañase un riesgo añadido.
Por otra parte, si el desprendimiento de retina cursa con hemorragia o con un desprendimiento de retina, pongamos por caso, igualmente se precisará de una actuación específica de tipo urgente, por lo que variará tanto el tratamiento como las pautas de seguimiento para el control de su evolución.
La cirugía no puede eliminar por completo los efectos flotantes, ni tampoco la medicación pero con el tiempo el cerebro puede reducirlos, volviéndose menos intensos y molestos. Incluso pueden llegar a reducirse.
Asimismo, es importante subrayar importancia de la prevención. No solo en los casos producidos por un golpe, sino también a la hora de minimizar los efectos de los desprendimientos, una vez producidos.
En este aspecto, toda persona que tenga un episodio de flashes o "moscas flotantes" debe acudir al oftalmólogo con rapidez. Solo realizando un examen del vítreo y la retina con un equipo especializado será posible evaluar el verdadero alcance del desprendimiento.
Se trata de una valiosa información para el especialista, puesto que gracias a ella podemos prevenir un agravamiento de esta patología, por lo general benigna. Lamentablemente, no en todos los casos, por lo que acudir a nuestro oftalmólogo o, si fuese necesario, a urgencias pueden evitarse problemas más serios, como el desprendimiento de retina.
Imagen: Jmarchn en Wikimedia