La presencia de sangre en las heces puede deberse a causas tan poco preocupantes como ingerir determinados alimentos o medicamentos que las tiñen, -como la remolacha, los arándanos o, por ejemplo, la regaliz-, así como por una simple irritación al evacuar producida por distintas causas sin importancia.
Sin embargo, no siempre es así, y detectar sangre en los excrementos, la ropa interior o el papel higiénico puede deberse a otros motivos que sí aconsejan acudir al médico. Entre otras causas, pueden ser consecuencia de una úlcera o tumor intestinales, así como infecciones, hemorroides o a otro problema en el aparato digestivo.
Básicamente, podemos afirmar que la sangre en las heces puede ser de color negro, marrón o rojo y tener su origen en distintas partes del tubo digestivo. Por otra parte, el color de sangre en las heces resulta indicativo de donde proviene.
Según el vocabulario médico, estamos hablando o bien de melena o de hematoquecia, ambos términos que aluden a la salida de sangre a través de la defecación, mientras la hematemesis se refiere a la salida de sangre a través de los vómitos.
En ocasiones, el color heces con sangre es marrón o rojo (hematoquenia), lo cual indica que proviene de diferentes lugares del sistema digestivo, como el intestino delgado o grueso, el recto o el ano.
Tras producirse una hemorragia en el tracto gastrointestinal inferior, la sangre se evacua más rápidamente que cuando ésta se produce en el tracto gastrointestinal superior. Así pues, su color es un rojo vivo, la tonalidad de la sangre fresca.
Sus causas pueden ser muy distintas, entre ellas una fisura anal, una colitis ulcerosa, un cáncer del recto o una rectorragia. En este último caso se trata de un sangrado rectal que puede variar del rojo brillante al marrón oscuro, bien de la parte inferior del colon o del recto por hemorroides o, por citar otra causa frecuente, a consecuencia del estreñimiento.
El color de heces con sangre oscura o alquitranosa (melena), prácticamente de color negro, quizá coagulada, a menudo proviene de la parte superior del tubo digestivo. Es decir, del tracto gastrointestinal superior. Por lo tanto, ésta será negra cuando se produce en esta parte de nuestro organismo, y la coagulación obedece precisamente a que cuando hay un sangrado en ella puede provocar coagulación, de ahí su color oscuro o negro. Por lo general, se produce por una úlcera estomacal, por interrumpirse el riego sanguíneo en parte de los intestinos, por un traumatismo o ingestión de un cuerpo extraño, por varices esofágicas, por desgarrarse el esófago debido a vómitos, por la enfermedad de Crohn o, pongamos por caso, por una gastritis que causa daños en el revestimiento del estómago.
Por otra parte, cuando se observa sangre en las heces debemos ir más allá de cuál es su color y hacernos una serie de preguntas, como observar su cantidad o cambios en el color de las heces. También, por ejemplo, tener en cuenta de cara a informar al especialista en digestivo si recientemente hemos tenido algún traumatismo en el sistema digestivo, si tomamos anticoagulantes o, entre otras cuestiones, si existen otros síntomas, como fiebre, vómitos, diarrea o dolores abdominales.
Ante un cuadro que levante las más mínimas sospechas se debe buscar ayuda médica cuanto antes. Solo así podrá buscarse la causa mediante las adecuadas pruebas, -como la angiografía, la colonoscopia, el análisis de sangre, análisis para identificar infecciones, la gammagrafía del sangrado, endoscopias etc.-, con el fin de poder realizar un diagnóstico lo más temprano posible.
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