Los odontopediatras son los encargados de velar por la salud oral de los más pequeños. En los niños se presentan diversos problemas bucodentales, pero son tres los más comunes.
Mala oclusión dental
Los problemas de oclusión dental pueden desencadenar otras afecciones más graves, de allí la importancia de diagnosticarla y darle un tratamiento adecuado en el menor tiempo posible. A edades tempranas es más fácil solucionar este tipo de problemas, evitando así que con el paso del tiempo empeoren.
Caries
Las caries pueden aparecer a cualquier edad, pero cuando las sufren los niños, si no se trata de forma adecuada, aumenta el dolor y el deterioro de la pieza dental que esta patología conlleva.
En algunos casos pueden llegar a perderse los dientes temporales, esto puede producir problemas de oclusión y de posición dentaria. Para evitar este problema en los niños, es necesario acudir a revisiones periódicas en el odontopediatra cada seis meses, realizar tratamiento de flúor, y utilizar selladores en las fisuras.
Traumatismos dentales
Los traumatismos dentales son muy frecuentes en los niños. Suelen suceder cuando comienzan a caminar, y más adelante al jugar y practicar deportes. Cuando el niño sufre un golpe en la boca, se recomienda visitar a un dentista especializado en odontopediatría, sobretodo si se producen heridas, ya que los labios, el frenillo o la mucosa pueden verse afectados.
Cuando se produzca el golpe, lo primero que se debe hacer es lavar la zona afectada con agua, y si hay sangre retirarla. Para detener el sangrado se debe aplicar presión sobre la herida.
En algunos casos el traumatismo puede provocar la pérdida del diente. Cuando es un diente de leche, no suele reimplantarse, porque generalmente el diente definitivo se encuentra debajo, pero de igual manera es necesario visitar al dentista para descartar si parte de la pieza dental se ha quedado dentro. Se debe además revisar periódicamente si el golpe ha afectado de alguna manera al diente definitivo.
Cuando el diente perdido es definitivo, se recomienda meterlo en suero fisiológico y acudir al dentista en el menor tiempo posible, para que intente recolocarlo.
Se recomienda además el uso de protectores bucales en los niños que practican deportes de forma habitual. Se trata de un dispositivo de plástico flexible, que evita las heridas y lesiones que se puedan producir con el golpe, en los tejidos blandos, los dientes o la mandíbula. Los protectores dentales pueden ser prefabricados o hechos a la medida. Se recomiendan estos últimos para una mayor protección, ya que se adaptan perfectamente a la mordida del niño.
Es importante recordar que las revisiones periódicas en el odontopediatra previenen enfermedades y dan solución a los problemas existentes, con el fin de evitar complicaciones.
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