Patricia Rico Giraldo

Tratamiento Psicológico a niños, adolescentes, adultos, pareja y familia.

Podemos acudir al Psicólogo cuando no sabemos como enfrentarnos a determinados problemas, cuando nos sentimos incapaces de afrontar situaciones, cuando nos sentimos incapaces y sin ganas de llevar a cabo nuestra vida diaria, cuando no puedes seguir enfrentándote a tus miedos, cuando tu autoestima no se encuentra en el mejor momento, cuando queremos mejorar las relaciones con nuestra pareja o algún integrante de nuestra familia. También si necesitamos entrenar algún tipo de habilidad, por ejemplo a la hora de comunicarnos. Si consideras que el desarrollo de tu hijo no está siendo el adecuado o que no sabes cómo mejorar tu relación con él. Si no puedes seguir enfrentándote a tus miedos. Si en vuestra familia tenéis problemas y no sabéis como solucionarlos.

Si necesitas ayuda en cualquiera de estos ámbitos, no dudes en buscar la ayuda de un psicólogo.

Tratamientos:

• Ansiedad y Estrés. Sensación de miedo, malestar intenso, palpitaciones, sudoración, mareos, sensación de ahogo ante determinadas situaciones.
• Depresión. Sentimiento de angustia, desesperanza, tristeza, no tener ganas de hacer nada.
• TCA (Trastorno de la Conducta Alimentaria). Anorexia, bulimia, obesidad.
• TDA-H. (Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad). Dificultades para mantener la atención en tareas escolares, de trabajo u otras; hiperactividad
• TOC. (Trastorno Obsesivo Compulsivo). Pensamientos y conductas repetitivas
• Problemas de pareja. Celos, problemas de comunicación, problemas sexuales, conflictos.
• Fobias. Temor acusado y persistente que es excesivo o irracional, desencadenado por la presencia o anticipación de un objeto o situación específicos. Por ejemplo: Miedo a volar, animales, alturas...
• Adicciones. Compras, tabaco, internet, móvil...
• Problemas de comportamiento. Mal comportamiento, rebeldía, rabietas...
• Técnicas de estudio. Si presentas dificultades a la hora de ponerte a estudiar.
• Trastornos del sueño. Insomnio, pesadillas, terrores nocturnos.
• Comportamientos violentos. Dificultad para controlar impulsos, ira, violencia.
• Problemas de autoestima.