Los microscopios que se usan de manera habitual en los laboratorios no disponen de la magnificación suficiente para ver problemas morfológicos o que podrían estar asociados a deficiencias cromosómicas, como lo hace el IMSI. Esta técnica consiste en acoplar una serie de dispositivos digitales a los microscopios, de forma que conseguimos aumentar 15 veces el tamaño y ver la morfología interna de los espermatozoides. De este modo conseguimos embriones de mucha mejor calidad, mejorando las tasas de embarazo.