El drenaje linfático es una técnica que se enmarca en el ámbito de la fisioterapia y que consiste en un masaje terapético que tiene por objeto activar el sistema linfático superficial para hacer que la linfa detenida en algún lugar, por ejemplo en forma de edema, se desplace hacia un lugar sano y que la permita ser evacuada al torrente sanguíneo. 

Como su propio nombre indica, el drenaje linfático manual es una terapia de masaje que busca facilitar la circulación linfática. Básicamente, se trata de una técnica terapéutica bien tolerada, que se aplica con movimientos lentos y repetitivos sobre el sistema linfático con el fin de favorecer la circulación, así como la eliminación de líquidos y desechos.

El drenaje linfático, en suma, es una forma de masaje que permite obtener numerosos beneficios al paciente, tanto a nivel médico convencional como relativo a la medicina estética. Salvo si se tienen tumores, hipertiroidismo, problemas cardíacos o infecciones, entre otras excepciones, no tiene contraindicaciones.

Cómo hacer el drenaje linfático: recurrir a profesionales

La técnica del drenaje linfático manual es específica. Es decir, solo los profesionales preparados para hacerla de una manera concreta, siguiendo un orden determinado, pueden obtener los resultados buscados. Los fisioterapetuas que realizan drenaje linfático tienen que tener un buen conocimiento del sistema linfático; realizar las movimientos del masaje de forma pausada y conseguir que el paciente esté tranquilo durante las maniobras. 

Como hemos apuntado, se busca ayudar a la linfa, que puede estar estancada, a que llegue a los nódulos linfáticos y al torrente sanguíneo. Para ello, se lleva a cabo una técnica precisa que, reiteramos, solo puede aplicar un profesional especializado. De no ser así, los masajes podrían dificultar o impedir la regeneración linfática que se pretende.

En caso de que se aplicase tras una intervención, por poner un ejemplo, un exceso de movilización de la piel podría aportar flaccidez a la piel, empeorando el resultado de la misma.

Duración del drenaje linfático, número de sesiones

En cuanto a su aplicación, será el fisioterapeuta profesional o el especialista o especialistas médicos que lleven al paciente los que determinen el número de sesiones y periodicidad. Es común, por ejemplo, realizar varias sesiones espaciadas durante la primera quincena, y después establecer un calendario en función de la evolución que experimente cada paciente.

En general, la cantidad de sesiones dependerá de la gravedad del problema que presente el paciente. Aun así, de forma orientativa podemos afirmar que para obtener resultados satisfactorios se necesitan varias sesiones de alrededor de una hora. Se trata, por otro lado, de una terapia agradable, que no resulta dolorosa en sí misma. Muy al contrario, es una terapia que busca que el paciente se sienta cómodo y relajado.

Un drenaje linfático integral podría tener una duración de dos horas, pero se pueden realizar parciales, en rostro, miembros superiores o miembros inferiores. 

Los beneficios del drenaje linfático

Para entender los beneficios del drenaje linfático es importante entender antes para qué sirve el sistema linfático, cuyas tres funciones principales son transportar las grasas absorbidas por el sistema digestivo, producir anticuerpos y devolver la linfa a la sangre.

Recordemos también que el sistema linfático recorre todo el cuerpo. Se trata, resumido brevemente, de una red vascular que recorre todo el cuerpo, por la cual los líquidos intercelulares o intersticiales llegan a la sangre. Concretamente, es al producirse un exceso de líquido intersticial cuando actúa el sistema linfático, recogiendo la linfa junto con el sistema venoso, que es ese líquido excedente.

Partiendo de estas funciones, podremos entender mejor cómo actúan los principales beneficios del drenaje linfático. Entre ellos, la mejora de la circulación linfática y sanguínea y estimulación del sistema inmunológico.

Asimismo, se logra un efecto calmante y relajante, puesto que también estimula el sistema parasimpático. El restablecimiento del flujo linfático y, por lo tanto, la reducción de inflamaciones y edemas, junto con la mejor vascularización de las miofibrillas musculares, -aportando elasticidad al tejido muscular-, son otros beneficios.

Ámbitos de aplicación del drenaje linfático y contraindicaciones. ¿Para qué sirve?

El drenaje linfático manual está indicado para el tratamiento de un amplio número de enfermedades y trastornos, como los edemas provocados por traumatismos o también tras una cirugía.

Tratamientos en edemas producidos por diferentes causantes: embarazo, postoperatorio tras una cirugía, edemas por quemaduras, problemas de tipo dermatológico, edemas de origen traumático, provocados por traumatimos.

En el caso de tratamiento de los edemas tras una cirugía, los drenajes linfáticos post operatorio se llevan a cabo para acelerar y mejorar la recuperación después de las cirugías que pueden ser de diferentes tipos, cirugías faciales, liposucciones, abdominoplasticas o, entre otros casos, la colocación de prótesis de mama.

Tambien se puede utilizar en el ámbito de estética y a nivel cutáneo para ayudar a tratar la celulitis, el acné, arrugas, las cicatrices, la caída del cabello, el estreñimieinto, las flatulencias, las cefaleas o trastornos respiratorios como los catarros o resfriados crónicos, el asma o la sinusitis.

Igualmente, ayuda a combatir el estrés y el insomnio, además de ayudar a mejorar el bienestar durante el postoperatorio, así a acortar su duración. Entre otras razones, por su efectividad a la hora de facilitar la recuperación de los tejidos, el estado de la piel, la eliminación de restos de medicación utilizada en la operación o, por poner otro ejemplo, ayudar a la recuperación de sensibilidad en la piel o evitar el enquistamiento de la cicatriz y, por lo tanto, su retracción.

Por su parte, ayuda a tratar dolores somáticos así como aquellos que puedan atribuirse a factores psicológicos, además de mejorar la calidad de vida de pacientes con apoplejía.

Cuando lo que se pretende es tratar problemas de retención de líquidos, el drenaje linfático es comúnmente utilizado para mejorar el estado del abdomen y piernas. Tanto para llevar a cabo un tratamiento estético como para mejorar la mala circulación y retención de líquidos desde un punto de vista terapéutico, por ejemplo, aliviando las piernas cansadas e hinchadas.

Está totalmente contraindicado en caso de heridas con infección aguda, trombosis, cáncer, edemas linfodinámicos, etc. 

Su fisioterapeuta deberá hacer un estudio previo del paciente para determinar la forma óptima de aplicación de cualquier terapia. 

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