La fitoterapia se basa en el uso de las plantas para la prevención, alivio o tratamiento de determinadas enfermedades, partiendo de investigaciones previas tanto de su composición como de sus propiedades. Para que una planta conserve su propiedad medicinal es necesario seguir unas normas para recogerla, secarla, guardarla y para su utilización en forma de infusión, cápsula, extracto, etc. La consulta con un especialista en fitoterapia y terapias alternativas es fundamental para cualquier tratamiento.
Haciendo un repaso histórico vemos como la fitoterapia ya era utilizada por los sumerios, de donde data la guía más antigua con tratamientos a través de plantas. También se usaba en Egipto, Grecia o el Imperio Romano.
La ventaja de la fitoterapia es que aporta bienestar físico y mental, además de equilibrio de forma natural. Determinadas plantas, por ejemplo, la soya, permiten controlar el nivel de colesterol en la sangre; otras ricas en vitamina C, sirven para reforzar el sistema inmunológico, bajar el nivel de colesterol, complementar el tratamiento del cáncer o tener agudeza visual; la verbena, el romero, tomillo, salvia se recomiendan durante la menopausia. Además no podemos olvidar que casi un 25% de los nuevos fármacos se derivan de las plantas.