La higiene bucodental forma parte de la odontología preventiva y tiene como objetivo mantener la boca de forma saludable, evitando así la aparición de problemas dentales como la formación de sarro, la halitosis, las caries; y periodontales, como la periodontitis y gingivitis.
Los hábitos que deben formar parte de una óptima higiene bucodental son el cepillar los dientes, tras cualquier comida, pero sobretodo antes de irse a dormir; utilizar la seda o hilo dental; enjuagar con colutorio, con objeto de eliminar la placa bacteriana. Por último es importante la revisión periódica por un dentista.
También se puede hacer una higiene bucodental profesional, donde se elimina completamente el sarro, se limpian las manchas en las piezas dentales y se pulen superficies, entre otros aspectos.
La salud bucodental depende de muchos aspectos, incluso de la alimentación que solamos llevar. Los ácidos de la comida pueden llegar a desmineralizar los dientes y a dañar el esmalte, por lo que la dentadura quedaría desprotegida ante el ataque de bacterias y patógenos. Además, la hipersensibilidad al comer y beber también puede aumentar.
El agua, la leche, algunas frutas, el chicle sin azúcar y las verduras de hoja verde son los alimentos más beneficiosos para una correcta salud bucodental, y deben estar incluidos en cualquier dieta. Además, son muy equilibrados, por lo que ayudan a una buena salud general.
Los peores alimentos considerados como nocivos por los expertos dentistas son:
- los cítricos, que corroen el esmalte
- los caramelos con azúcar, que provocan caries
- los carbohidratos refinados
- el vino
- las frutas deshidratadas.
Aunque se pueden consumir con moderación, es mejor incluir en la dieta otros productos que no afecten al esmalte, provocando una exposición de la boca a bacterias nocivas. Además, es crucial contar con una buena higiene bucodental, cepillándose los dientes después de cada comida o al menos tres veces al día para evitar la aparición de caries, sarro y otros problemas de la dentadura.
Al margen de que el cepillado constituya un aspecto clave de la higiene bucodental, también es cierto que no resulta suficiente si buscamos una limpieza completa.
La importancia de una adecuada limpieza de la boca no es cuestión de una simple higiene, advierten los expertos. Más allá de la higiene como parte del cuidado personal, se trata de disminuir el riesgo de enfermedades orales de distinta gravedad.
Desde reducir la aparición de caries o mejorar la salud de las encías, podemos prevenir o reducir la gingivitis y la periodontitis, entre otros problemas que trascienden la salud oral en sí misma.
A su vez, el cepillo debe ser renovado de forma regular, con una frecuencia no menor de tres meses y se hace necesario utilizar accesorios que mejoren los resultados del cepillo convencional. Sobre todo, el hilo o la seda dental para llegar a los espacios entre dientes.
El uso de colutorios y el raspador lingual, por último, tambien ayudan a completar la limpieza. La suma de un cepillado, el uso del hilo y raspador junto al colutorio son recomendables de forma general, si bien cada persona requiere de una orientación personalizada por parte de su odontólogo.
El dolor, las infecciones, caries y otros problemas relativos a la salud bucal no solo representan un riesgo sanitario para los niños a nivel fisiológico. Asímismo, repercuten en su bienestar psicosocial, impidiéndoles tener una buena calidad de vida e influyendo en su crecimiento.
Su importancia exige una buena higiene oral desde los primeros meses de vida y, una vez salen los dientes, con el fin de evitar las caries y las enfermedades de las encías. Aunque nos parezca muy temprano, durante esos primeros meses el bebé se encuentra en una fase oral pasiva, que requiere la manipulación de su boca.
En general, puede afirmarse que el cuidado oral es necesario para conseguir un cuidado de la salud general del niño que sea integral. Por este motivo, se recomienda la visita al odontopediatra para el cuidado preventivo y terapéutico de pacientes cuyas edades abarcan desde el nacimiento hasta la adolescencia.
Será conveniente tanto para habituar al niño al cuidado bucal como para identificar posibles problemas que requieran de un tratamiento lo más temprano posible. Nos beneficiaremos, por lo tanto, resultará beneficioso para la prevención y el diagnóstico de posibles patologías o alteraciones en dientes, encías o maloclusiones presentes ya desde la infancia, facilitando cualquier tratamiento de ortodoncia.
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El embarazo también puede afectar a los dientes
El embarazo afecta al cuerpo de la mujer de muchas maneras, y la mayoría de nosotros las conocemos pero los odontólogos advierten de que también podrían manifestar cambios en la salud bucodental de la madre. Así, durante el primer trimestre de embarazo pueden aparecer náuseas y vómitos que se relacionan con problemas en el esmalte. La odontóloga de Madrid Blanca Jiménez recomienda acudir al dentista durante el segundo trimestre de embarazo para poder solucionar problemas derivados de la gestación.
Además, durante el tercer trimestre y durante la lactancia la saliva cambia de composición, lo que también podría afectar a los dientes de la madre. Así, los dentistas recomiendan no descuidar la salud bucodental durante el periodo de gestación, realizando una correcta limpieza y acudiendo con frecuencia a la clínica dental para un chequeo y puesta a punto de la boca.
Uno de los problemas principales es la gingivitis, que es muy sensible a los cambios hormonales, y que por lo tanto puede tener un empeoramiento durante el embarazo. El uso de dentífricos con flúor y el tratamiento en clínica pueden suponer una importante mejoría y una forma de prevención de esta patología. De hecho, muchas mujeres en periodo de gestación la sufren y mejoran después de dar a luz.
Los cepillos eléctricos son más efectivos que los manuales
Diversos estudios han demostrado en los últimos tiempos que los cepillos eléctricos son más efectivos a la hora de mejorar la higiene dental. Los dentistas coinciden en que los movimientos oscilantes de estos aparatos permiten una rutina de cepillado mucho más eficaz que los cepillos manuales, y por eso los recomiendan a sus pacientes.
Sus ventajas son múltiples, porque además de permitir un mayor acceso a zonas complicadas de la cavidad bucal, los avances en esta clase de tecnología son claros, y ahora existen cepillos que permiten controlar el tiempo de cepillado para una óptima higiene a través de un temporizador o que incluyen sensores que miden la presión que se ejerce para evitar problemas en las encías. Además, ayudan a seguir una rutina adecuada tanto a niños como a personas con dificultades en la movilidad, reduciendo el riesgo de caries o sarro.
Sin embargo, los expertos coinciden en que es importante consultar con el dentista a la hora de escoger el cepillo perfecto, pues él sabrá cuál es el adecuado para nuestras necesidades concretas, basándose en nuestro historial y nuestras patologías. Una higiene dental adecuada después de cada comida es fundamental para conseguir una dentadura saludable y bonita.