La maloclusión dental se refiere a una condición en la que los dientes superiores e inferiores no encajan correctamente al cerrar la boca. También se conoce como "mala mordida" o "desarmonía oclusal". Esta condición puede afectar la apariencia facial, la función masticatoria y la salud bucal en general.
Existen diferentes tipos de maloclusión dental, que pueden incluir:
Las maloclusiones pueden ser hereditarias o adquiridas debido a factores como el desarrollo anormal de los huesos maxilares, el chuparse el dedo, la pérdida prematura de dientes de leche, traumatismos, o hábitos como el bruxismo (apretar o rechinar los dientes) y el uso prolongado del chupete.
El tratamiento de la maloclusión dental puede variar según la gravedad y el tipo de problema. En algunos casos, se pueden utilizar aparatos ortodónticos como brackets, alineadores transparentes o expansores palatinos para corregir la posición de los dientes y mejorar la mordida. En casos más severos, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para realinear los maxilares.
Es importante tratar la maloclusión dental, ya que puede provocar problemas adicionales como dificultades en la masticación, dolor de mandíbula, desgaste dental anormal, problemas del habla e impacto negativo en la autoestima y la confianza. Un ortodoncista o dentista especializado puede evaluar la situación y recomendar el tratamiento más adecuado para corregir la maloclusión dental.