La palabra quimioterapia impone, e incluso da miedo, pues de forma inevitable la asociamos a la enfermedad del cáncer. No en vano, el cáncer es la enfermedad más temida por los españoles, según concluye una encuesta de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).
En particular, los pacientes con cáncer temen este tratamiento por los consabidos efectos secundarios, algunos de ellos temporales, como las náuseas, la fatiga o la pérdida de cabello y, en ocasiones, también a largo plazo. De hecho, su aplicación debilita el sistema inmunitario, por lo que se incrementa el riesgo de infecciones y otros problemas de salud.
Sin embargo, a pesar de estos inconvenientes, la quimioterapia puede salvar vidas, ya que es un tratamiento farmacológico que ataca las células cancerosas. Por otra parte, no todos los cánceres necesitan quimioterapia, por lo que será el oncólogo quien establezca el tratamiento adecuado para cada paciente.
La quimioterapia es un tratamiento basado en el uso de productos químicos para tratar enfermedades, principalmente dirigidos a las células cancerosas. Es mediante la aplicación de estas drogas en cantidades controladas como se destruyen las células o se bloquea su crecimiento, pues actúa sobre otras células del organismo, con lo que se producen importantes efectos secundarios.
La citotoxicidad es lo que caracteriza a estas moléculas, razón por la que se les denomina "citotóxicas" y, aunque también destruyen otras células del organismo, -como las células del sistema capilar, células sanguíneas o intestinales-, se aprovecha la mayor fragilidad de las células cancerosas y su gran número, razón por la que la quimioterapia logra un tratamiento eficaz. Aun así, ésta no siempre es suficiente para frenar el cáncer.
A su vez, la quimioterapia también puede alcanzar a las células cancerosas que escaparon del tumor primario, sin poder eliminarse con otras técnicas, como la cirugía o la radioterapia.
Como hemos apuntado, el problema de la quimioterapia es que no distingue entre células enfermas y sanas. Es decir, mata células de ambos tipos, con lo que se produce desde malestar general con vómitos, diarreas, anemia, úlceras bucales, caída del cabello, cansancio extremo u otros que afectan a más largo plazo, pudiendo ocasionar problemas cardiovasculares, hepáticos, renales y pulmonares, pérdida de audición y de capacidades cognitivas.
En algunos casos, a pesar de las grandes ventajas que supone recibirla para muchos pacientes en cuanto a curación y supervivencia, también es cierto que la quimioterapia puede aumentar el riesgo de desarrollar nuevos tumores.
Incluso si la quimioterapia logra disminuir el tamaño del tumor, puede "aumentar el riesgo de diseminación artificial potenciando la metástasis", según concluye un estudio publicado en la revista Science Translational Medicine. Por contra, también otros estudios han encontrado efectiva la quimioterapia para prevenir la aparición del cáncer, por lo que se trata de estudiar cada caso en concreto y tomar las mejores decisiones en función de distintos factores.
La quimioterapia suele aplicarse en ciclos, es decir, se recibe durante varios días o semanas, seguido de periodos de descanso. Dependiendo de los medicamentos que se utilicen y de cada caso, tendrá una duración dterminada, si bien a menudo suele aplicarse durante un promedio de tres a seis meses.
Las sesiones de quimioterapia se aplican siguiendo un procedimiento que puede durar varias horas, aunque no siempre se administra por infusión endovenosa, pudiendo hacerse oralmente en algunos casos.
Cuando se lleva a cabo la quimioterapia intravenosa se coloca un catéter intravenoso en el brazo o en la mano.
Por su parte, la quimioterapia por vía oral normalmente se recibe en forma de cápsulas o píldoras, teniendo ventajas e inconvenientes con respecto a aquella. De nuevo, será el médico quien determinará lo más adecuado, en función del perfil del paciente en cuestión, teniendo en cuenta que actualmente se están desarrollando nuevos fármacos de quimioterapia oral que abren nuevas posibilidades terapéuticas.
Así pues, puesto que existen diversas pautas y técnicas para la administración de la quimioterapia, cada paciente deberá confiar el tratamiento que le prescriba su médico, pudiendo ser uno o varios fármacos combinados según las necesidades.
Tengamos en cuenta que existen distintas opciones para tratar el cáncer, y serán los especialistas quienes determinarán en qué orden de aplican y cuáles son los pertinentes en cada paciente. Además de la farmacología y la quimioterapia, encontramos la radioterapia, la cirugía oncológica y, por otro lado, está desarrollándose de forma importante el enfoque del refuerzo del sistema inmune.
En efecto, la inmunoterapia es un tratamiento en auge para tratar los diferentes tipos de cáncer. Sin embargo, todavía queda mucho camino por recorrer, si bien se logran éxitos que animan a seguir avanzando en esta área. En definitiva, todos estos tratamientos tienen sus pros y sus contras, y conllevan efectos secundarios que, junto con la búsqueda de una mayor eficacia, concentran los esfuerzos de los investigadores.
Quimioterapia en la propia operación para tratar los tumores digestivos con metástasis
El servicio de Cirugía General del Hospital Universitario QuirónSalud Madrid destaca los beneficios de usar la quimioterapia intraoperatoria para tratar así tumores digestivos con metástasis peritoneales con el objetivo de poder controlar de forma más efectiva la enfermedad.
La finalidad de este tratamiento es controlar la enfermedad maligna y así aumentar la esperanza de supervivencia del paciente, asociando el efecto directo de la quimioterapia y la cirugía de citorreducción máxima. Esto podría suponer un beneficio oncológico para pacientes seleccionados que reúnan las condiciones de viabilidad para el tratamiento.
Este tratamiento ha sido puesto en marcha por el servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Universitario QuirónSalud de Madrid y consiste en hacer una resección quirúrgica de los tumores digestivos con metástasis y proceder después a la inundación de la cavidad peritoneal con una solución de quimioterapia 42ºC con el objetivo de tratar los restos microscópicos de la enfermedad. De esta forma se aumentan las probabilidades de evitar la reaparición y la calidad y esperanza de vida del paciente que se somete a este procedimiento.
Nueva sustancia anticancerígena selectiva
La Universidad Jaume I de Castellón y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas acaban de patentar una sustancia que presenta una buena actividad anticancerígena si se aplica en células tumorales, sobre todo en los tipos de mama y colon. Además, son apenas tóxicas para células sanas, lo que permitiría reducir los efectos secundarios durante el tratamiento.
Este avance puede servir para desarrollar fármacos de oncología de alta selectividad que trabajan sobre las células enfermas y evitan las sanas. Al principio, este tipo de tratamientos eran muy poco específicos y provocaban efectos secundarios en otras partes del cuerpo. Ahora se trabaja en descubrir precisamente agentes que trabajen sobre las partes enfermas y sean más específicos para cada tipo de cáncer.
Este nuevo descubrimiento es un gran avance oncológico, ya que permitiría mejorar el tratamiento de los pacientes con cáncer, sobre todo aquelloas tipos de los que hablábamos antes, y actuar de mejor forma contra las células tumorales, aumentando las probabilidades de curación. Además, al disminuir los efectos secundarios se mejora la previsión para los pacientes que se someten al tratamiento, y evita que afecte a otras partes del cuerpo, como hacen algunos de los tratamientos de quimioterapia actuales.