La rinoplastia o cirugía de nariz, es una operación que tiene por objetivo la corrección de la forma de la nariz, aportando un aspecto más armónico. Si además mejora la funcionalidad de la nariz, se denomina rinoseptoplastia. En la rinoplastia se actúa sobre las estructuras cartilaginosas y óseas de la nariz, realizándose con anestesia general o si el caso lo aconseja con anestesia local, a la que se acompaña de sedación.
La cirugía estética despierta el interés de un creciente número de personas, interesadas en cualquiera de los tratamientos que existen, a su vez cada vez más numerosos. En especial, la rinoplastia, un tipo de intervención muy popular en distintos grupos de edad y en ambos sexos.
Según los datos de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Estética y Reparadora (SECPRE), la rinoplastia constituye el 20 por ciento de las intervenciones actuales. A su vez, hoy este tipo de cirugía "ha dejado de ser una técnica radical y agresiva para convertirse en un procedimiento que no busca la transformación, sino la armonía del conjunto facial", explica el presidente de SECPRE, Miguel Chamosa.
La intervención puede durar entre una y dos horas, y al finalizar se coloca una férula, que permite que la nariz mantenga la forma, la cual se mantendrá un par de semanas, también se colocará un taponamiento que se retira en uno o dos días. Inicialmente existirán cardenales o hematomas e inflamación, que irá desapareciendo paulatinamente. Se recuperará la vida cotidiana pasado 10 días de la intervención.
En cuanto a la forma definitiva resultante de la rinoplastia, habrá que esperar en muchos casos hasta un año, cuando los tejidos se estabilizan y las cicatrices han madurado. Si no se consigue el resultado óptimo o esperado, se puede hacer un retoque, pero siempre esperando el tiempo recomendado por el cirujano estético.
Existen dos formas de realizar la rinoplastia: la abierta y la cerrada. Cada una de ellas tiene sus pros y sus contras, razón por la que la elección de una u otra sigue siendo una cuestión no resuelta entre la comunidad científica.
La rinoplastia abierta requiere una apertura entre las dos fosas nasales, mientras que en la rinoplastia cerrada es en el acceso dentro de ellas donde se efectúan las incisiones. De forma general, podemos afirmar que en la primera tanto la intervención como el postoperatorio son más largos, y dejan una pequeña cicatriz.
Como ventajas, por último, en el caso de la rinoplastia abierta pueden obtenerse mejores resultados en determinadas zonas, como la punta de la nariz, aunque en ambos casos es posible corregir el tabique, la punta y el caballete.
Es una pregunta muy recurrente entre los pacientes de cirugía estética que buscan un rostro con armonía y proporcionalidad entre los ojos, boca, frente, pómulos, pera y nariz. Como la nariz es un órgano impar y central, cumple un rol importante en el equilibrio facial, y en ocasiones los pacientes no están contentos con él.
La rinoplastía es la cirugía que modifica el aspecto de la nariz, y el cirujano plástico tiene que manejar principios básicos como medidas y proporciones de un rostro armónico para conseguir un resultado satisfactorio para el paciente.
Cada rostro es único, y por tanto también lo son los rasgos que lo componen, por eso cada caso tiene que ser tratado por separado, porque una nariz puede quedar espectacular en un rostro determinado y no muy bien en otro. Es decir, que no se trata de modelos replicables.
Para ello hay que hacer una evaluación caso a caso cuando el rostro ha terminado su crecimiento. En el caso de los hombres se calcula que alrededor de los 16 años y para las mujeres es necesario haber tenido su primera menstruación. El riesgo de realizar una rinoplastía a un rostro en crecimiento es que la nariz podría quedar desproporcionada a la deseada demasiado pequeña en el rostro final que ha terminado su crecimiento.
Hay diferentes aspectos a tener en cuenta en el postoperatorio de rinoplastia y que ayudarán a una correcta recuperación tras la rinoplastia y a que sane antes y ver resultados en un espacio más corto de tiempo. Estas son las consideraciones de los expertos:
Del quirófano se sale con las fosas nasales taponadas con unas gasas con pomada de efectos antibióticos que ayudan a controlar el sangrado. También se incluye una férula de escayola que comprime y ayuda a controlar la inflamación. En algunas ocasiones se colocan como forma de taponamiento unos tubos endonasales para ayudar al paso del aire.
Al cabo de 24 horas se retira el taponamiento interno para favorecer la respiración. Hay que tener en cuenta que la recuperación en el postoperatorio de una rinoplastia no es dolorosa, a pesar de que se produzca una sensación molesta que viene dada por la hinchazón y que dura como máximo 48 horas.
La escayola de la que hablábamos antes se retira al cabo de seis días, una vez que ha bajado la inflamación, y se recomienda seguir tomando antibióticos durante cuatro días después de la intervención. También debe aplicarse una pomada antibiótica por dentro tres veces al día y limpiar las fosas nasales con suero fisiológico y bastoncillos de algodón.
Es importante saber que pueden ocasionarse hematomas, que suelen desaparecer entre el séptimo y el décimo día.
Decidirse a hacerse una rinoplastia no solo depende de encontrarse a disgusto con la nariz, un elemento clave de nuestro aspecto físico o de os beneficios que podemos obtener, más allá de la corrección de los problemas estéticos. Además, influye de forma importante el precio que implica someterse a este tipo de tratamiento, realmente popular.
Al margen del precio medio que pueda tener la rinoplastia en España, es importante considerar una serie de factores para poder valorar su precio justo. De hecho, son estos diferentes elementos los que influyen en el precio final, motivo por el que debemos tenerlos en cuenta.
A priori, por lo tanto, es complicado establecer el precio de esta clase de intervenciones. A la hora de valorar presupuestos, además de tratarse de uno u otro tipo de operación es básico considerar que hay puntos que pueden subir o bajar el coste de forma significativa.
Entre otros, la veteranía y prestigio del cirujano, la necesidad de anestesia total o local, la realización de la cirugía en instalaciones propias o alquiladas o el país en el que nos encontremos. En España, el precio medio es de alrededor de 3.000 euros, pudiendo oscilar entre los 1.800 y los 4.500, dependiendo de estos y otros factores.
Operarse la nariz sin tener que recurrir a la cirugía es posible gracias a la rinomodelación, un innovador tratamiento basado en pinchazos de ácido hialurónico que permite modificar la forma de esta parte de la anatomía.
Habida cuenta que la nariz es uno de los rasgos más característicos del rostro y una de las partes del cuerpo más operada, la rinoplastia constituía la única opción. Ahora, sin embargo, es posible retocar su forma sin anestesia, y en apenas 30 minutos, mediante la aplicación de infiltraciones que en su mayoría son externas.
A diferencia de la rinoplastia, constituye una alternativa con ciertas limitaciones, por lo general utilizada para corregir las pequeñas deformidades en el dorso de la nariz, consiguiendo que sea "más recta, elevar la punta, corregir gibas o simplemente rellenar depresiones, pero en ningún caso se estrecha la nariz o se hace más pequeña", explica el doctor Fabio Vieira, médico especializado en medicina estética.
Su gran ventaja es el gran resultado sin necesidad de cirugía, ya que "se consigue que óptimamente se vea más recta, más pequeña y más armónica", explica el experto. Para ello, por lo general se infiltra el mencionado ácido hialurónico de forma estratégica, entre otros materiales de relleno que también se pueden aplicar, como la hidroxiapatia cálcida y el bótox.
Aunque las infiltraciones suelen ser externas, con el fin de "trabajar el dorso de la nariz y sus desviaciones", también es posible hacerlo internamente, en este caso para remodelar la base de la nariz o el tabique. Por último, según el paciente se requieren una o dos sesiones y los resultados se mantienen mientras el material no se reabsorba, generalmente durante un año.
Los principales motivos que llevan a operarse la nariz por motivos estéticos obedecen, sobre todo, a la corrección del dorso de la nariz o su punta, cuando está demasiado elevada o caída, respectivamente.
Son las causas más habituales entre las 5.700 rinoplastias que se realizan al año en España, tanto en mujeres como en hombres, según el informe "La realidad de la cirugía estética en España", publicado por la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética.
Una cifra que la crisis económica ha mermado, aunque sigue siendo orientativa, al tiempo que el número de hombres que decide hacerlo "ha ido en claro aumento", explica el doctor Cristino Suárez, presidente del congreso de la SECPRE.
Aunque la demanda masculina no puede equipararse a la femenina, "cada vez es mayor el porcentaje de varones que decide pasar por este tipo de intervención", apunta el experto.
Los hombres cada vez están más preocupados de su aspecto físico, de su imagen, además de tener mucha claridad sobre lo que buscan. "Los especialistas venimos observando que los hombres, por lo general, son un tipo de paciente muy exigente y aún más en el caso de la rinoplastia". Al tratarse de una operación delicada y sus resultados ser "muy expuestos, el hombre que pasa por quirófano no se conforma con cualquier cosa", concluye.
Son muchas las celebrities que se han decidido por la rinoplastia para mejorar su nariz y, con ello, estar más cerca de tener un rostro perfecto.
Entre otras famosas, han pasado por el quirófano la top model Kendall Jener, las actrices Angelina Jolie y Halle Berry, las gemelas Olsen, la cantante Hilary Duff o, en el panorama nacional, actrices como Elsa Pataky o Penélope Cruz.
La lista es interminable, y en numerosas ocasiones los cambios son casi imperceptibles y se acompañan de otras operaciones de cirugía estética. Sus narices se ven más pequeñas y definidas, logrando definir mejor sus rasgos.
En el caso de Jennifer López, sus primeras intervenciones fueron de nariz, barbilla y pómulos con el fin de lograr una cara más simétrica. Luego se operó los pechos y los glúteos.
Marilyn Monroe, una de las pioneras en cirugía estética, es otro ejemplo de mujer hermosa que se realizó cirugías plásticas de nariz y barbilla con el mismo fin.
En los años 40 y 50 la industria del cine vivía una época dorada, pero las intervenciones de cirugía estética se hacían en secreto: desde el lifting facial a John Waiyne a intervenciones a las que Marilyn tuvo que someterse por contrato con la Twentieth Century Fox. Hoy, las cosas no son muy diferentes en este sentido. La tiranía de la imagen sigue imponiéndose, si bien ahora las condiciones médicas son infinitamente mejores.
Según la ciencia, un rostro simétrico es más bello. Varios estudios han demostrado que al margen de los cánones de belleza a nivel cultural o histórico la simetría facial es un factor común como indicador del concepto de belleza. Aún así, también influyen otros factores psicosociales en la percepción de la belleza, y un rostro levemente asimétrico puede resultar seductor.