La córnea es la parte del ojo responsable de enfocar los rayos de luz en la retina; para una correcta visión debe tener la forma y transparencia adecuada. Cualquier alteración puede producir una disminución de la visión.
Un traumatismo importante, una infección grave (virus, bacterias, hongos), una quemadura química, ectasias, distrofias o degeneraciones de la córnea pueden requerir un trasplante de córnea.
El trasplante de córnea o queratoplastia consiste en sustituir la córnea afectada del paciente por una córnea donante sana.
Según la zona de la córnea que trasplantemos podemos distinguir entre diferentes técnicas quirúrgicas: la queratoplastia penetrante, que sustituye todo el espesor de la córnea dañada y la queratoplastia lamelar que solo reemplaza la zona afectada de las córnea.
La cirugía se realiza de forma ambulatoria y requiere en el postoperatorio de un seguimiento constante de la evolución del trasplante durante meses, no siendo doloroso para el paciente y recuperando la visión progresivamente a lo largo de las semanas.7
Antes de entrar en materia, definamos la córnea, el primer tejido transparente de la parte anterior del globo ocular, a través del que entra la luz en el ojo. Además, permite el enfoque de las imágenes sobre la retina, donde las imágenes se proyectan a través de la córnea.
Finalmente, será el tejido nervioso que conforma la retina el que transmite las imágenes al cerebro para ver los objetos. Sin embargo, entre otros problemas, la vista puede verse afectada cuando la córnea se altera, ya sea por enfermedades o traumatismos.
Son situaciones que, en algunos casos, llevan a plantear la realización de un trasplante de córnea con el fin de recuperar la funcionalidad visual. Veamos a continuación en qué consiste esta cirugía tan común, si bien mucho menos frecuente que la de cataratas, repasando tipos, riesgos, recuperación y cuidados, junto a una pequeña orientación sobre los precios.
El trasplante de córnea es una operación de buen pronóstico, que suele producir resultados satisfactorios, mejorando de forma significativa la calidad de vida de los pacientes, si bien se precisa de un estrecho seguimiento a lo largo de toda la vida.
Se realiza cuando una patología corneal no responde o no es accesible al tratamiento conservador, como pueden ser lentes o fármacos, además de otras alternativas como el crosslinking o los anillos intracorneales.
Sobre todo, se recurre a la cirugía cuando se limita gravemente la visión y/o se siente un dolor que merma de forma significativa la calidad de vida. En ocasiones, consiste en el intercambio de la parte de la córnea enferma por esa misma parte de la córnea sana, obtenida de un donante fallecido.
En otras, se realiza un intercambio de la córnea en todo su espesor o sólo parcialmente, siempre en función de lo que determine el médico a partir del historial del paciente y otros datos. En concreto, suele ser determinante la gravedad y amplitud del deterioro de la córnea o el tipo de patología.
El trasplante de córnea, también denominada queratoplastia, consiste en retirar el tejido corneal y su inmediata sustitución por el tejido corneal del donante para así recuperar la transparencia. Gracias a los avances en cirugía, como hemos apuntado, es posible sustituir sólo la parte de la córnea dañada.
En cuanto a los tipos de trasplante de córnea, el más habitual es el trasplante corneal penetrante o queratoplastia penetrante. Consiste en trasplantar tejido sano en sustitución de la parte central de la córnea cuando ésta está dañada en todo su espesor.
Otro de los tipos es el trasplante corneal lamelar o queratoplastia lamelar. Se trata de un trasplante selectivo de la capa o las capas de la córnea que hayan sido afectadas. Por lo general, ésta es la menos agresiva, por lo que el paciente tiene menos riesgo de rechazo y también menos complicaciones.
El post-operatorio también depende del tipo de trasplante realizado. En el caso del trasplante corneal, éste suele ser menos complicado, no requiere de tantos cuidados y la recuperación visual también es más rápida. Aun así, es una cirugía que precisa de un seguimiento estrecho durante el siguiente año. Posteriormente, incluso en los casos más exitosos es importante llevar a cabo revisiones posteriores de por vida.
La recuperación es lenta. Suele tardarse alrededor de tres meses en lograr que la córnea logre su transparencia y habremos de esperar de 4 a 6 meses para eliminar los puntos de sutura. A lo largo de su vida, un paciente puede necesitar dos o tres trasplantes e incluso más, tanto por el mismo paso de los años como a consecuencia de operaciones que lo requieran.
Por otra parte, los riesgos tienen que ver un posible rechazo del trasplante, complicaciones inflamatorias y de presión arterial. Asimismo, por ejemplo, el estrés quirúrgico puede inducir cataratas.
Igualmente, el uso prolongado de gotas de cortisona para los ojos puede disminuir la visión o producirse un glaucoma secundario. En estos casos, puede intentarse una solución mediante el ajuste de fármacos, reduciendo la cortisona o incluso recurriendo a la cirugía.
Antes de valorar los distintos precios del trasplante de córnea que puedan ofrecer las clínicas privadas, debemos tener en cuenta que se trata de una operación que cubre la seguridad social.
En caso de optar por un centro privado, los precios oscilarán en función de distintos factores, como la procedencia de la córnea, el tipo requerido, la ubicación de la clínica, su prestigio o la experiencia de los especialistas. De forma orientativa, la queratoplastia penetrante ronda los 6.000 euros.
A la hora de comparar precios, no olvidemos averiguar antes si se incluyen o no los gastos de quirófano, de la córnea, honorarios médicos, los medicamentos utilizados antes y después de la cirugía, así como los consumibles médicos.
Imagen: Mokslonaujienos en Wikimedia
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27/feb/2017
Objetivo: 5.000 donantes de córnea en 2020 Julio 2016, Efe Salud
La Organización Nacional de Trasplantes (ONT) prevé alcanzar los 5.000 donantes de tejido corneal en 2020, así como mejoras en la donación, procesamiento, distribución y trasplantes de este órgano.
Estos objetivos se inscriben dentro del Plan nacional de córneas que la entidad pondrá en marcha junto con la colaboración de las autonomías y las sociedades científicas con el objetivo de homogeneizar los procedimientos en España.
Dicho plan también tiene como objetivo lograr la "autosuficiencia" con el fin de poder cubrir la demanda de córneas en todo el país. "Este plan supone la modernización y puesta al día de todo el proceso, explica Rafael Matesanz, director de la ONT, desde impulsar la donación de corneas u obtener el órgano a su trasplante, pasando por su traslado a los bancos, procesamiento, distribución, y lista de espera.
El éxito del plan será doblemente útil, pues además de lograr mejoras cualitativas en los aspectos señalados, permitirá satisfacer una demanda creciente. Según apuntan los expertos, en los próximos años se espera un aumento de la misma a consecuencia del envejecimiento de la población y las nuevas modalidades de este tipo de trasplante.