La Organización Mundial de la Salud, OMS, ha llegado a la conclusión tras un análisis de datos para tratar de forma eficaz los problemas de salud mental o trastornos mentales, que el enfoque que combina aspectos psicosociales y farmacológicos, es el que da probablemente mejor resultado, es decir, el tratamiento psicofarmacológico.
Existen una gran variedad de psicofármacos de eficacia demostrada para tratar una buena parte de las enfermedades psiquiátricas y probablemente son una alternativa eficaz, rápida y de bajo coste
Algunos ejemplos de estos psicofármacos y su uso en el tratamiento de enfermedades de salud mental:
Las personas con discapacidad intelectual están sobremedicadas, a una media de 4,25 fármacos por persona, y en uno de cada cinco casos la cifra supera los 7 medicamentos. Así lo afirma un nuevo estudio llevado a cabo por el Centro de Investigación Biomética en Red de Salud Mental, cuyo objetivo era analizar los indicadores de salud de este colectivo.
Asimismo, el trabajo señala que entre las personas con esta discapacidad, que afecta al 1 por ciento de la población española, la medicación psiquiátrica supone un 65 por ciento de estos tratamientos. Con la particularidad de que, además, no siempre se recetan dentro de un diagnóstico definido.
"Los datos sobre medicación son bastante alarmantes, mucho mayores que los de la población general", apunta Rafael Martínez, uno de los autores de este informe, un trabajo que contó con la participación de 943 discapacitados intelectuales de nivel ligero a profundo, con una edad media de 43 años, de los cuales el 47 por ciento vivían en centros donde recibían un servicio especializado.
Con respecto a la medicación psiquiátrica sin un diagnóstico claro, se observó que el 87 por ciento de los que estaban en un centro especializado la recibían, cuando el porcentaje de afectados por un trastorno mental era menor, concretamente del 75 por ciento.
Entre los atendidos en centros generales, de entre los que sólo un 29 por ciento presentaba un trastorno mental asociado (trastornos del espectro autista, de econducta, psicosis...), tomaba medicación psiquiátrica hasta el 63 por ciento. En especial, se recetaban fármacos ansiolíticos, neurolépticos y anticonvulsivos.
Estos son algunos de los resultados preliminares más relevantes de este estudio, realizado dentro del proyecto "Pomona-Esp", en el que también ha colaborado el servicio de Salud Mental del Sant Joán de Deu de Barcelona, financiado por Plena Inclusión y la Fundació Villablanca.