El vendaje neuromuscular también conocido como kinesiotaping, se basa en el poder autosanador de nuestro propio organismo, partiendo de la kinesiología. Lo que hace es tratar los músculos que son responsables del buen funcionamiento de otros sistemas como el circulatorio, neurológico, etc. Consiste en unas tiras elásticas que imitan las propiedades de la piel y que son aplicadas por un fisioterapeuta especializado.
El vendaje neuromuscular tiene distintas aplicaciones en función de su forma, tensión y localización. No se trata de algo insólito, puesto que su uso es cada vez más común.
Con este término nos referimos a las vendas de colores que, en ocasiones, podemos ver que llevan deportistas, amigos o compañeros de trabajo en diferentes partes del cuerpo. Por lo tanto, no nos son extrañas, si bien sus características y aplicaciones todavía están son poco conocidas.
En este artículo vamos a hacer una breve aproximación a la propuesta terapéutica que suponen estas cintas elásticas, fabricadas en algodón adhesivo. Básicamente, son una especie de esparadrapo elástico, cuya capa adhesiva es inofensiva para la piel.
De hecho, están fabricadas con hilos de algodón que se adhieren gracias a una fina capa de pegamento de uso médico, compuesto por cyanoacrilato. Su elasticidad, por otra parte, funciona en sentido longitudinal, pero no transversal y actúa como una segunda piel, ya que posee características similares a ésta.
Además, como hemos apuntado, pueden tener diversos colores, son resistentes al agua y rara vez provocan alergias, puesto que están concebidas para minimizarlas. Igualmente, su superficie de contacto tiene una serie de ondulaciones que, gracias a su elasticidad, ayuda a realizar determinados tipos de vendajes que buscan activar el flujo sanguíneo o, por ejemplo, favorecer los líquidos inflamatorios.
El vendaje neuromuscular es diferente del vendaje funcional, ya que esta último limita el movimiento de músculos y articulaciones, y el primero permite realizar movimientos libremente.
Aunque su popularización es reciente, puesto que comenzó a aplicarse a principios de siglo en el mundo occidental, o incluso antes en algunos países, se trata de un planteamiento surgido en los años setenta en tierras asiáticas. En concreto, fueron científicos coreanos y nipones, entre ellos el el doctor Murai y Kenzo Kase y Murai, quienes desarrollaron esta técnica.
Su enfoque fue, precisamente, tomar la piel como modelo, buscando que las vendas permitiesen movilidad hasta el punto de que el cuerpo pudiese moverse normalmente.
A partir de este objetivo, crearon un vendaje elástico capaz de ayudar a la función muscular sin constreñir los movimientos, al tiempo que no interfería tampoco en la circulación sanguínea ni en el sistema linfático.
Fue así como, a partir de una primera propuesta en este sentido, se aplicó el vendaje neuromuscular siguiendo los principios de la teoría, para así curar o, al menos, favorecer la curación sin impedir la funcionalidad del área lesionada.
El apartado de las técnicas y aplicaciones del vendaje neuromuscular es, probablemente, el más complicado. Sin embargo, tenemos como referencia sus características para entender el porqué de las mismas, ya que las técnicas y aplicaciones están relacionadas con ellas de uno u otro modo.
Como hemos apuntado anteriormente, la forma, tensión y localización de las vendas variará en función de la aplicación del vendaje, así como de los resultados que estemos buscando con la misma.
La venda se puede recortar de muy distintas maneras, entre ellas dándole la forma en I, Y, X o, por ejemplo, recordándonos a un pulpo, una malla, un donut, una cuadrícula o un asterisco.
Cada forma, además, nos da distintas posibilidades dependiendo de su colocación, bien sobre el músculo, bordeándolo, sobre el ligamento, sobre las vías linfáticas, sobre la zona a tratar para reducir su dolor, inflamación, favorecer el drenaje, etc.
También pueden ayudar a tratar hematomas, acelerando su curación. En definitiva, su colocación en diferentes partes del cuerpo, como rodilla, tobillo, vientre, manos, pies, hombro adoptando distintas estructuras, según estén recortadas.
Su colocación debe realizarlo personal especializado, normalmente fisioterapeutas. Se trata, en suma, de realizar previamente el diagnóstico adecuado, por lo que, en este sentido, en muchos casos también participan otros profesionales de la medicina relacionadas con el problema de que se trate.
Entre otros aspectos importantes, es clave que los profesionales del sector, como fisioterapeutas, podólogos, masajistas o, por ejemplo, quiromasajistas, respeten los principios de aplicación. Tanto a la hora de preparar la piel para su colocación, durante la misma y también al retirarla.
Los principales ámbitos de aplicación del vendaje neuromuscular son las patologías músculo esqueléticas, problemas circulatorios, neurológicos y de tipo visceral. Serán los especialistas quienes nos orienten al respecto, si bien en un principio está indicado para este tipo de enfermedades.
Su uso es frecuente en deportistas, para el tratamiento de lesiones deportivas y para aumentar el rendimiento deportivo. También se usa en personas no deportistas, cada vez con más frecuencia para tratar tendinitis, dolor de espalda y articular, lumbalgias, cicatrices, etc.
Dependiendo de las características de las vendas utilizadas y de su aplicación lograremos distintos efectos fisiológicos, que pueden ayudar al manejo del dolor gracias a un resultado analgésico.
La reducción del dolor se consigue, por un lado, gracias a una reducción de la presión intersticial ocasionada por posturas incorrectas o contracturas, pongamos por caso. O, por otro lado, se logrará un efecto sedante que active determinadas hormonas, entre otras, las endorfinas o las encefalinas, que igualmente activan la analgesia natural del organismo.
Cuando el vendaje levanta los tejidos subdérmicos ayuda a recuperar el equilibrio de la circulación sanguínea y del sistema linfático, ayudando a sentir menos dolor en el área vendada y, como consecuencia de ello, acelerando la recuperación de los tejidos.
Lo que hace el vendaje neuromuscular es soportar el músculo, reduciendo el dolor, facilitar el flujo de los líquidos del cuerpo, corrigiendo o ayudando a que se corrijan problemas de ligamentos, articulares, de fascias y musculares y también a corregir la postura.
Imagen: Kilia en Wikimedia
¿Qué es el Kinesiotape?
El término kinesiotaping, o kinesiotape, o vendaje neuromuscular se refieren a la misma técnica de aplicación de vendajes específicos más...
Sportsalud. Centro de Actividad Física y Salud
24/nov/2023
El kinesiotaping o vendaje neuromuscular: tiras de colores para aliviar dolores
Es un vendaje elástico que se conoce con distintos nombres, como kinesiotape, kinesiotaping, kinesiology tape o vendaje neuromuscular, una técnica no invasiva que consiste en la aplicación de cintas de algodón de colores con un adhesivo acrílico.
Se trata de un vendaje especial que, a diferencia de las vendas convencionales, permite la movilidad de la zona tanto gracias a su composición como a su forma de aplicación. Su objetivo terapéutico es diferente, pudiéndose combinar ambos, según valoración del fisioterapeuta.
Este método, que suele colocarse sobre la piel a partir de una posición de estiramiento muscular, ayuda a aliviar los dolores musculares y a acelerar la curación de una lesión. Su origen es asiático, un concepto nacido en Corea y Japón en los años sesenta basado en la cromoterapia, por lo que los distintos colores se les atribuyen distintas propiedades curativas.
Si bien su uso en principio se limitaba a los deportistas, en el ámbito de la fisioterapia deportiva, actualmente se trata de un sistema extendido que, por su novedad "es importante aplicar con precaución y siempre por profesionales con experiencia y cuantificación, recuerda Fernando Ramos, coordinador del servicio de fisioterapia del Hospital de Quirónsalud A Coruña.
Efesalud, 6 de agosto de 2015