La lumbalgia es el dolor de espalda más corriente, y por lo general no reviste gravedad. A nivel de salud pública, se trata de una condición médica que no deja de aumentar, afectando en algún momento de sus vidas a buena parte de las personas.

Puede sobrevenir a cualquier edad, aunque abundan más casos en la adolescencia y en torno a los 45 años. Su frecuencia se debe, sobre todo, al hecho de que afecte a la región lumbar o parte baja de la espalda, una parte de la anatomía utilizada de forma constante en el día a día, al tiempo que soporta una parte importante del peso corporal. Es decir, constituye un área frágil de nuestro organismo que, como veremos en este artículo, puede sufrir lumbalgia por muy distintas causas.

¿Qué es la lumgalgia?

Con el término médico de lumbalgia o lumbago se designan los dolores en la parte baja de la espalda, concretamente en el área de las vértebras lumbares. Como apuntamos no es una enfermedad grave, salvo excepciones.

En cuanto a los tipos de lumbalgia, puede producirse de forma aguda o crónica. Cuando el dolor desaparece o mejora en alrededor de cuatro semanas o menos, estamos ante una lumbalgia aguda. Si su duración es más prolongada, manifestándose más de tres meses, estamos ante un dolor lumbar crónico.

¿Qué es lo que provoca la lumbalgia?

Si queremos saber por qué se produce el lumbago hemos de recurrir a una respuesta que abarque diferentes causas. Entre otras razones que motivan el dolor de lumbago podemos citar desde las malas posturas o una mala práctica de la actividad física o, por ejemplo, incluso factores psicológicos.

Las causas más frecuentes son de origen mecánico, ocasionadas por una alteración de las estructuras que forman la región, como es la distensión de un ligamento o de un músculo de dicha área.

En este caso, su causa será una distensión muscular lumbar. Esta se puede producir al realizar un movimiento brusco o levantar algo pesado, ocasionando desgarros microscópicos o un estiramiento de los músculos o ligamentos. Igualmente, también existen causas de origen inflamatorio u ocasionarlas patologías como infecciones o tumores.

En términos prácticos, hemos de tener presente que la mayoría de los casos el lumbago se debe a un dolor de espalda benigno, también denominado "no específico", lo cual significa que no existe una lesión importante que explicaría el dolor. Son situaciones muy comunes, en las que determinar el origen del dolor de forma precisa se hace difícil.

Como orientación general, algunas de las causas pueden estar relacionadas con la edad del paciente, pues en personas de más de 60 años la causa suele ser la degeneración articular, mientras los de menor edad suelen ser más propensos a padecerla como consecuencia de uan distensión muscular.

Son dolores que, por lo general, desaparecen de forma espontánea al cabo de un tiempo. Nos referimos aquí a casos que no requieren una atención urgente. De lo contrario, los pacientes deben consultar un médico cuanto antes. Sobre todo, se requiere acudir al médico o reumatólogo de forma inmediata en casos de una lumbalgia causada por un traumatismo grave o acompañada de síntomas como fiebre y escalofríos, pérdida de peso o, entre otros, problemas neurológicos.

Síntomas de la lumbalgia

Además de los síntomas apuntados en casos, sea cual sea el origen del dolor de espalda, a menudo se produce una contracción de los músculos situados cerca de la zona dolorida. Se trata de un reflejo de protección que a menudo es doloroso y puede explicar dolores crónicos que se suman al propiamente lumbar.

Otros síntomas de la lumbalgia son la dificultad para moverse hasta el punto de resultar incapacitante en algunos casos, dificultando caminar o incluso permanecer de pie, así como espasmos musculares y dolor irradiado por la pierna, sin llegar más abajo de la rodilla.

¿Qué hacer en caso de lumbalgia?

Las posibles causas de la lumbalgia son muy variadas, y cuando ésta se presenta lo más importante es aliviar el dolor y prevenir recaídas. Para ello, se hace importante un buen diagnóstico, lo cual normalmente supone identificar el origen del problema.

Cuando se padece un lumbago no específico o benigno, normalmente no se realizarán pruebas de imagen. Saber cómo actuar a nivel médico requiere un profesional experimentado, pues los síntomas y su gravedad pueden variar mucho. Por ejemplo, una distensión muscular lumbar requerir tratamiento de urgencias, mientras que una degeneración discal podría ocasionar simples molestias de vez en cuando.

En el tratamiento de la sintomatología se pueden aplicar técnicas alternativas o convencionales, incluyendo farmacología, acupuntura o sesiones con el fisioterapeuta, además de ejercicios para la lumbalgia que pueden realizarse en casa siguiendo las indicaciones médicas. Por lo tanto, en caso de sospechar que se padece lumbalgia, los pasos a dar son sencillos: acudir al médico de cabecera o especialista para recibir un diagnóstico acertado, a partir del cual buscar tanto la curación o, al menos, la mejora de los síntomas, como la prevención.

Imagen: LadyofHats en Wikimedia

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Noticias sobre Lumbalgia

El ejercicio físico especializado y la lumbalgia

La lumbalgia es uno de los problemas de salud más comunes en la población, y no solo provoca dolor, sino que muchas veces incapacita al enfermo que la padece. De hecho, provoca incluso bajas laborales que disminuyen la productividad. El ejercicio físico es una de las soluciones más habituales en el combate de la lumbalgia crónica, sobre todo si se trabajan zonas de control motor.

El trabajo en estas áreas permite recuperar el control de los músculos que sujetan la columna. Ahora, una serie de investigadores han estudiado a un total de 2431 personas de entre 22 y 55 años para determinar el impacto del ejercicio físico en el control de la lumbalgia.

Los investigadores comprobaron que las personas que realizan ejercicios enfocados al control motor mejoraban la función de la zona y por tanto su recuperación. Así, este tipo de técnicas pueden ser consideradas un complemento al tratamiento del dolor de la región lumbar, que imposibilita a muchas personas. Se conocen los beneficios a largo plazo de los ejercicios centrados en la recuperación del control motor del área por lo que se espera que los especialistas en reumatología hagan una labor de información a los pacientes sobre estas alternativas.

El ejercicio físico es fundamental para evitar el dolor lumbar

Lumbalgia

Dos de cada tres personas que viven en occidente padecen dolor lumbar en algún momento de su vida, una dolencia provocada fundamentalmente por los hábitos de actividad y de postura. Lo fundamental es encontrar un buen diagnóstico, por parte del reumatólogo, que determine la causa para poder ofrecer un buen tratamiento y sobre todo trabajar en su prevención para que no se vuelva a sufrir.

El ejercicio físico es fundamental para evitar estos dolores, aunque hay que practicarlo de forma correcta para evitar problemas derivados del sobresfuerzo. El dolor lumbar se previene fortaleciendo la zona pélvica y los abdominales profundos, por tanto hay que centrarse en hacer ejercicios que aumenten la masa muscular en esta zona.

La fisioterapia, además, ayuda a solucionar los dolores. Los expertos recomiendan que antes de iniciar el ejercicio físico y que si se padece dolor hay que consultar al especialista para que nos recomiende qué tipo de actividad realizar. La postura, velocidad y peso durante el deporte son cruciales para evitar problemas mayores. Además, la forma de sentarnos o de levantar peso también influye en el desarrollo de estos síntomas, por lo que una gran carga en la curación se encuentra en la prevención de estos dolores.

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