Antes de abordar el concepto de amenorrea primaria, veamos qué significa el término general de amenorrea, pues de este modo comprenderemos mejor de qué estamos hablando. Así pues, definida de forma sencilla, la amenorrea significa ausencia de reglas o menstruación. Normalmente, el embarazo es la causa, pero también puede constituir el síntoma de una patología. En este caso, es necesario realizar las pruebas necesarias para descubrir su causa con el fin de realizar un diagnóstico adecuado para tratar el problema de que se trate.
Una vez explicado el concepto general de amenorrea, podemos definir qué es amenorrea primaria más fácilmente, pues a lo apuntado hemos de añadir que se trata de la ausencia de menarquía a los 16 años. En este artículo veremos distintos aspectos de la amenorrea primaria: definición, importancia de un buen diagnóstico y algunas diferencias con respecto a la amenorrea secundaria. Asimismo, daremos haremos una pequeña mención al término de amenorrea secundaria para así obtener una visión más completa de la cuestión y, en definitiva, saber cuál es la amenorrea primaria, delimitándola de forma más concreta.
Por lo tanto, hemos apuntado que la amenorrea se refiere a una manifestación clínica que se puede deber a distintas causas, concretándose en la ausencia de menstruación (de forma puntual o durante un tiempo mayor de 45 días) y que, para su estudio, se distingue entre la amenorrea primaria y secundaria, siendo aquella la que se produce antes de la menarquía.
En concreto, cuando en el cuerpo de la mujer no ha existido nunca una menstruación y, sin embargo, son chicas entre los 16 y 18 años, que tienen edad de haber tenido su primera regla.
Por el contrario, la secundaria lo hace después, definiéndose como la falta de menstruación durante 6 meses o lo equivalente a 3 ciclos normales o incluso menos, como se señala arriba.
Las causas de la amenorrea pueden ser fisiológicas, como ocurre durante la infancia, el embarazo o la menopausia, en cuyo caso no estamos ante una situación que suscite preocupación médica. Sin embargo, la amenorrea primaria puede deberse a diferentes anomalías hormonales que ocasionan atraso en la pubertad o fallo en la producción hormonal. Igualmente, estar por debajo de su peso corporal, situaciones de estrés o depresión también pueden estar detrás de la misma.
Otras posibles alteraciones, más allá de las disfunciones hormonales, se se refieren a anormalidades adrenales, tiroideas, gonadales, de la hipófisis o, entre otras, del hipotálamo. El especialista las determinará tras realizar una exploración, así como en función de distintos factores. Entre ellos, si existe el desarrollo mamario, antecedentes familiares, antecedentes personales mediante la revisión del historial clínico (enfermedades crónicas, infecciones, tratamientos recibidos y actuales, etc.), además de tener en cuenta la edad o el estilo de vida, posibles pérdidas de peso y la historia sexual.
Las causas más frecuentes son diferentes síndromes, fundamentalmente el Síndrome de Turner, el Síndrome de Mayer-Rokitansky-Küster-Hauser y, en tercer lugar, el Síndrome de Insensibilidad Androgénica.
Así pues, de no tratarse de causas fisiológicas, la amenorrea en general, sea de tipo primario o secundario, podrían provocarla alteraciones del ciclo menstrual, y se precisaría acudir al ginecólogo y demás especialistas, en caso de requerirse un enfoque multidisciplinar.
La incidencia de la amenorrea primaria es del 0,1 por ciento, frente a la secundaria, que es del 0,7 por ciento. Mientras las características de la amenorrea secundaria son o bien ausencia de menstruación a los 14 años con falta de desarrollo de los caracteres sexuales propios de la madurez sexual o secundarios, o bien por la falta del período a los 16 años. En este segundo caso, al margen de que se observe un desarrollo normal, incluyendo los caracteres sexuales secundarios.
Es importante señalar que la amenorrea es un síntoma que debe preocupar hasta descartarse la patología ginecológica o no ginecológica, por lo que la participación de otros especialistas puede ser clave para llegar a un diagnóstico, así como para determinar el mejor tratamiento, así como para su seguimiento.
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