Durante el verano también es posible contraer un resfriado. Los neumólogos atribuyen estos resfriados a los cambios bruscos de temperatura que se producen sobretodo por los sistemas de refrigeración que instalamos en nuestros hogares, oficinas, en tiendas, restaurantes, etc.
Cuando se pasa de calor a frío y viceversa se pueden producir irritaciones en las mucosas nasales, facilitando la entrada de rinovirus, que son los principales culpables de los resfriados en la época estival.
La incubación del resfriado de verano puede ser de dos o tres días, y u duración puede extenderse hasta una semana, con o sin tratamiento.
Los síntomas comunes del resfriado de verano son:
Generalmente los síntomas de los resfriados de verano suelen durar un poco más que los de invierno.
Un mal uso del aire acondicionado, manteniéndolo a temperaturas más bajas de las recomendadas, es la causa principal de la aparición del resfriado de verano.
Mantener el aire a una buena temperatura es clave, la diferencia entre la temperatura exterior e interior no debe superar los 10 ºC. Así, los aires acondicionados no deben bajar de los 20 ºC. Esto es posible controlarlo en casa, pero no en otros lugares como el transporte público, centros comerciales, e incluso en la oficina, por lo que la recomendación es llevar alguna prenda para abrigarse si es necesario.
Los purificadores son grandes aliados para evitar los resfriados. Ayudan a mantener una humedad correcta, evitando así que las mucosas se resequen y se inicie el proceso catarral.
La hidratación es clave para evitar los resfriados en verano, bebiendo al menos 1,5 litros de agua al día.
Para aliviar el resfriado se recomienda el consumo de frutas ricas en vitamina B,C y betacarotenos, ya que estas refuerzan el sistema inmunológico y ayudan a eliminar del cuerpo los virus causantes del resfriado.
Si los síntomas perjudican mucho a la persona afectada por el resfriado o duran muchos días, se debe acudir al médico para recibir el tratamiento adecuado, que puede incluir:
El profesional determinará el tratamiento necesario en función de las características del paciente y de sus síntomas.
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