EL banco de semen está formado por depósitos, normalmente de nitrógeno líquido congelado, destinados a preservar las muestras de semen, para que posteriormente se puedan utilizar. Se usan fundamentalmente en reproducción asistida, pero también para tratamientos oncológicos.
Como es bien sabido, la donación de esperma es una práctica que permite a un hombre dar su esperma para contribuir a que un niño pueda nacer.
El donante puede hacerlo de forma privada o a través de una clínica o banco de esperma, con el fin de almacenar y conservar las muestras de semen para su uso en distintos tipos de tratamientos para la fertilización de los ovocitos.
Actualmente es posible almacenar las muestras durante largos períodos. Se almacenan en tanques de nitrógeno líquido a muy bajas temperaturas y con condiciones de seguridad que incluyen un cierre seguro con un código al que solo tiene acceso el personal autorizado, así como sistemas de alarma.
Una definición del banco de semen, por otra parte, debe incluir sus funciones principales, fundamentalmente su almacenamiento y conservación de semen de donantes anónimos para su uso en situaciones que recomienden recurrir a dichas muestras por infertilidad o para dar respuesta a las necesidades planteadas por mujeres que quieren concebir en solitario o con su pareja del mismo sexo.
Se recurre a él, sobre todo, para solucionar problemas de fertilidad relacionados con los hombres que tienen dichos problemas o podrían tenerlos en el futuro, especialmente los relacionados con la falta de calidad de sus espermatozoides.
Los bancos de semen, por lo tanto, pueden ser útiles tanto para proporcionar semen de donante anónimo como para almacenar esperma de buena calidad para los hombres que quieren preservarlo o tenerlo siempre disponible por distintas razones.
Además de la seguridad mencionada, el banco de esperma permite asegurarla calidad del esperma del donante anónimo, pues se realiza una selección previa a partir de criterios psicofísicos y médicos.
Por lo tanto, se descartan a aquellos que sufren enfermedades transmisibles, ya sean de tipo genético, hereditario o infeccioso, además de efectuarse un posterior control de la calidad del esperma con anterioridad a su congelación.
La recogida del esperma se realiza mediante una masturbación, generalmente en la clínica o centro especializado, si bien podría realizarse en cualquier lugar, siempre que se disponga del equipo adecuado. En caso de tomarse en otro lugar, a continuación se deberá visitar el banco de semen para proseguir con el procedimiento.
Explicado de forma breve, posteriormente se controla la calidad del esperma recogido y se congela, almacenándolo para su verificación pasado un tiempo, con el fin de evitar posibles enfermedades. En cuanto al tiempo que puede permanecer almacenado, se ha comprobado que los espermatozoides congelados pueden mantener su capacidad de fertilización durante varios años.
Además de examinarse el semen para controlar su calidad, en en caso de proceder de donante anónimo, se protege tanto al mismo como a la futura madre/madres o futuros de posibles disputas sobre derechos de paternidad tras nacer el bebé. A diferencia de otras situaciones, como pueda ser la donación no anónima en el ámbito privado, ya sea llevándola a cabo de forma natural o mediante inseminación casera.
En general, la petición de muestras se realiza bien de forma interna cuando los bancos pertenecen a las clínicas de reproducción asistida o por éstas a bancos externos, siempre que cumplan con las condiciones que establece la normativa para los centros autorizados, concretamente la Ley 9/2014.
De igual manera, cabe apuntar aquí la posibilidad de realizar una inseminación casera a partir de semen obtenido en bancos de semen que operan online, además de permitir la recogida en sus instalaciones. Asimismo, cuando son bancos de otros países la normativa en ocasiones varía, y no siempre se asegura el anonimato del donante, casos de Reino Unido, Finlandia y Suecia.
Los precios de los servicios de un banco de esperma varían en función de distintos factores, entre otros conceptos el transporte, la devolución de muestras no utilizadas.
Para un ciclo de inseminación, pongamos por caso, la dosis necesaria tendría un coste aproximado para la clínica de entre 300 y 400 euros, por lo que el precio final para la paciente sería superior.
En el caso de la obtención de semen vía online, los costes se mueven en una horquilla de precios similar. Por su parte, las tarifas de congelación de semen para preservar la fertilidad en el futuro varían en función de los servicios incluidos.
Como orientación, incluyendo la primera visita médica y exploración física, así como su congelación y mantenimiento durante un año el precio ronda los 400 euros. Su conservación posterior supondrá un coste algo menor, en torno a los 300 euros anuales.
En ocasiones, razones médicas o de falta de calidad del semen desaconsejan realizar el tratamiento, pudiendo posponerse previo sometimiento a una serie de pautas que favorezcan su producción o morfología, entre otros problemas. Será una vez mejorada la cantidad y salud de los espermatozoides cuando se podrá iniciar el proceso de almacenamiento.
Existe una ley muy estricta, 14/2006, que regula su funcionamiento:
Los donantes de semen son sometidos a rigurosos análisis en tres ámbitos: