El blanqueamiento dental es un tratamiento que reduce varios tonos el color de dientes, dejándolos más blancos y brillantes. En definitiva, se trata de que los dientes recuperen su color natural.
En los últimos años ha aumentado de forma considerable la demanda en estética dental, y el blanqueamieinto dental es uno de los tratamientos que más interés ha despertado.
No en vano, una bonita sonrisa es de gran importancia tanto a nivel de la propia autoestima como social, pues ésta es una de las primeras cosas en la que reparamos de la otra persona.
Se trata, en suma, de sentirse bien con uno mismo y con los demás, desde gustarse hasta gustar en el ámbito familiar o de las relaciones sociales y, por supuesto, también en el profesional.
Son pocas las personas que tienen los dientes blancos de forma natural, y aún más difícil con el paso del tiempo. El mismo paso del tiempo los va amarilleando e incluso ennegreciendo, al tiempo que aceleran este deterioro padecer o haber padecido enfermedades, determinados medicamentos o ciertos hábitos, como el consumo de café, el té, el vino tinto o el tabaco.
Las causas más comunes son la edad, determinados alimentos o bebidas (tabaco, café, gaseosas, té...), golpes, endodoncias, algunos antibióticos o exceso de flúor en la primera infancia.
El tratamiento normalmente es externo, aplicando sustancias blanqueantes sobre la parte externa de los dientes. Uno de los efectos secundarios del blanqueamiento dental puede ser el aumento de la sensibilidad de los dientes; dicho efecto se reduce al máximo con las novedosas técnicas que se están incorporando, por ejemplo el sistema con láser o luz fría, LED o los blanqueamientos ZOOM.
Cuando la causa es una endodoncia, el producto blanqueador debe ser aplicado internamente.
El blanqueamiento dental puede ser ambulatorio o clínico, sin olvidar que en el mercado existen productos no siempre recomendables.
Por lo general, un tratamiento blanqueador proporciona unos dientes entre 3 y 4 tonos más blancos. Obtendremos un mejor resultado cuanto más claro sea el color de partida de los dientes.
En los casos más difíciles no podremos conseguir unos dientes tan blancos como desearíamos, pero se conseguirá una mejora significativa con respecto al color original.
Al margen de la clase de blanqueamiento por la que optemos, debe cumplir una serie de requisitos de seguridad, resultar indoloro, rápido y eficaz. Tampoco debe tener apenas efectos secundarios y llevarse a cabo mediante un tratamiento simple, aplicado en casa o en la clínica.
La duración del blanqueamiento dental realizado por profesionales puede durar largo tiempo, por lo general en torno a dos años, si bien la mayor duración posible del efecto dependerá en gran medida de que se haga un abandono de las costumbres que causan la coloración.
Además, se recomienda mantener la higiene bucal diaria y realizar visitas periódicas a nuestro dentista para evaluar la conveniencia de un tratamiento de refuerzo cuando fuese conveniente.
La fuerte demanda de los tratamientos blanqueadores ha supuesto un boom de tratamientos que poder aplicar unos mismo a partir de productos que podemos comprar en farmacias o incluso en supermercados.
Igualmente, han proliferado las ofertas en clínicas dentales como iwhite o vitaldent, pongamos por caso, al tiempo que podemos seguir confiando en dentistas convencionales, que tienen su propia consulta.
A la hora de optar por unas u otras posibilidades lo importante, obviamente, no es la promesa del antes y después, ni siquiera el resultado logrado a nivel visual, sino el logro de la mayor inocuidad posible.
En las clínicas encontremos distintos tipos de sistemas, como la aplicación de la lámpara láser, ideal para la obtención de resultados progresivos. Será interesante su aplicación cuando se está dispuesto a sacrificar los resultados inmediatos a cambio de calidad y seguridad.
Otra opción muy demandada es el blanqueamiento dental con tecnología led para llevar a cabo una aclaración de hasta ocho tonos de forma no invasiva. No se daña el esmalte ni provoca sensibilidad y puede realizarse cada tres meses.
Si realizamos un blanqueamiento en casa sería recomendable que lo prescribiese y controlara un profesional en odontología. También hay que tener en cuenta que en algunos casos se recomienda realizar un blanqueamiento en la clínica y que algunos tratamientos blanqueadores se controlan desde la misma, combinándolos con aplicaciones en casa durante varias semanas.
En un principio, una boca que no está en óptimas condiciones de salud no debería someterse a un blanqueamiento. Si aun así queremos hacerlo deberíamos tratar antes problemas como gingivitis, caries, fisuras en los dientes o, por ejemplo, pérdidas de esmalte.
En cuanto a los precios, podemos adquirir kits completos que pueden dar buenos resultados, siempre que el dentista lo recomiende y pueda hacer el respectivo seguimiento. Su coste puede oscilar entre los 50 y los 100 euros, mientras los tratamientos realizado en las clínicas son sustancialmente más caros, si bien se utilizan tecnologías interesantes que por lo general son más convenientes para lograr un resultado óptimo y resultar mínimamente invasivas.
A la hora de buscar un ahorro o una mejor financiación hemos de recurrir a promociones especiales o a las facilidades de pago que ofrecen las clínicas, puesto que no lo cubre la seguridad social, ya que se considera un tratamiento estético dental y no un acto médico.
Aun así, es importante no sucumbir a promociones engañosas que escondan una falta de calidad ni tampoco a los productos milagro que supongan finalmente una agresión para nuestro esmalte dental, pudiendo provocar también problemas de salud.
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La obsesión por el blanqueamiento dental
El médico estomatólogo Dr. Padullés-Puig ha avisado que la blancorexia u obsesión por el blanqueamiento dental y tener los dientes blancos puede llegar a provocar la pérdida de piezas dentales si no se realiza de una forma adecuada y adaptada a las necesidades de cada paciente.
Según comenta este profesional, el abuso de sustancias blanqueadoras puede provocar irritaciones en las encías, el paladar o la garganta y daños en la matriz del esmalte y su consiguiente pérdida. Además, este abuso también puede afectar a la pulpa dental de forma irreversible y provocar cambios en la percepción de los sabores de los alimentos.
Según los datos, la blancorexia afecta tanto a hombres como a mujeres y los profesionales de la Odontología deben estar atentos en la consulta para poder reconocer el problema en su fase inicial y así poder reconducirlo. Uno de los síntomas es que el paciente solicite de forma reiterada sesiones de blanqueamiento con peróxidos o que compre productos blanqueadores por su cuenta, sin consentimiento del doctor, lo que puede traer consecuencias peligrosas para su salud bucal que a la larga pueden provocar la pérdida de piezas dentales.