Al igual que ocurre con el resto de los cánceres, el cáncer oral o bucal tiene mayores probabilidades de curación cuando se diagnostica de forma temprana. Y puesto que en la mayoría de los casos es posible observar ciertos síntomas, es clave conocerlos para su rápida identificación. Acudir al cirujano maxilofacial en caso de alerta es clave.
Su prevención, cuando es posible, también es otro aspecto fundamental que no debe pasarse por alto. En este artículo vamos a dar un breve repaso a su definición, causas, tipos, síntomas y tratamientos, así como algunos de los principales consejos para su prevención.
Como su mismo nombre indica, la definición de cáncer oral alude a los tumores de la cavidad bucal. De hecho, son patologías que abarcan distintos tipos de cánceres orales, incluyendo labios, encías, lengua, paladar superior e inferior (debajo de la lengua), mejillas y dientes.
Podemos definir el cáncer oral, por lo tanto, como un término médico que se utiliza para denominar cualquier crecimiento maligno que aparezca en esta parte de la anatomía, bien de forma independiente o como resultado de la metástasis de un cáncer en otra parte del cuerpo.
No es posible prevenir todos los casos de cáncer oral, pero evitar ciertos factores de riesgo ayudará a evitarlo. En concreto, las causas o factores de riesgo de este tipo de cáncer están relacionados con el virus del papiloma humano, el tabaquismo, el alcoholismo y otras drogas como el cannabis, el consumo de estimulantes como paan o areca, muy consumidos en la India.
Una higiene oral deficiente, el bajo consumo de frutas y verduras, medicamentos inmunosupresores o, por ejemplo, la frotación crónica por dentaduras postizas son otros factores que pueden aumentar las probabilidades de sufrir cáncer bucal.
La prevención, por lo tanto, está relacionada con estas prácticas, requiriendo bien la menor ingesta de alcohol, dejar de fumar o limitar el tabaco, así como practicar una buena higiene bucal o tratar problemas dentales que pudieran ocasionarlo.
Por otra parte, el cáncer de labio se puede prevenir en muchos casos limitando la exposición a la luz ultravioleta y aplicando protector solar labial con un nivel de protección elevado.
Aunque la lista no es exhaustiva, no podemos dejar de mencionar la importancia de evitar la infección por el virus del papiloma humano o HPV, cuyo riesgo es más alto en personas que practican el sexo oral, especialmente cuando lo hacen con varias personas. Sin olvidar, por último, su posible prevención mediante vacunas que reducen el riesgo de infección.
Estar atentos a los síntomas, por otra parte, no es solo una manera de lograr un diagnóstico temprano que pueda ser vital para su curación, sino que además puede ayudar a su prevención. Es el caso de los crecimientos precancerosos, cuyo diagnóstico permite tratarlos y evitar que se transformen en cáncer.
También existe la opción de la quimioprevención para reducir el riesgo de estos cánceres en pacientes que tienen un elevado riesgo de padecerlo. A pesar de los buenos resultados logrados en distintos estudios, lo cierto es que los medicamentos tienen efectos secundarios que pueden llegar a ser graves.
Los síntomas de algunos cánceres de boca son fácilmente detectables con un simple autoexamen. Las lesiones o úlceras de color blanquecino o enrojecidas que tardan en desaparecer, superando las dos semanas sin mejorar, deben alertarnos.
Pueden aparecer en cualquier parte de la boca, tener el color blanco o rojo apuntado o también ser de color pálido, así como oscuras, normalmente tienen un tamaño pequeño. Tendrán forma de parche, llaga, bulto o, por ejemplo, hinchazón en la zona.
Si bien en un principio son indoloros, acaban doliendo y provocando ardor, problemas para hablar, tragar y/o sensación de hormigueo, pérdida de sensibilidad o entumecimiento.
Al margen de los tumores benignos y de los pre cancerígenos, podemos hablar de distintos tipos de tumores cancerígenos orales, como el carcinoma de células escamosas, el carcinoma verrugoso o, entre otros, el cáncer de glándulas salivares.
El tratamiento dependerá del estado en el que se encuentre el cáncer oral, de su localización, así como del perfil clínico del paciente. Por lo general, se aplica quimioterapia, radioterapia y diversas técnicas quirúrgicas y será responsabilidad del cirujano maxilofacial, de forma coordinada con otros especialistas.
En cuanto a los avances científicos en el tratamiento, se busca mejorar los resultados de la quimioterapia de muy distintos modos, como con el suministro de medicamentos en el momento idóneo o mediante una aplicación local, como ocurre con su inyección en el mismo tumor.
Por otra parte, se está experimentando con las técnicas quirúrgicas para que sean menos invasivas con el fin de reducir los efectos secundarios, pues se extrae menos tejido normal. De este modo, la recuperación es más fácil y rápida.
Asímismo, se está avanzando en el diseño de vacunas y en el terreno genético con la investigación de los cambios del ADN que pudieran causar los cánceres orales, mutaciones que contribuyen a que las células se conviertan en cancerosas. De igual modo, por último, se intenta revertir estos cambios mediante novedosas terapias genéticas, si bien todavía están en fases iniciales.
Imagen: Gabymichel en Wikimedia
Detectar cáncer a través de una muestra de saliva
Un grupo de investigadores de la Universidad Complutense de Madrid han desarrollado un biosensor que puede detectar la presencia de algunos biomarcadores o niveles alterador por un tipo de tumor a través de una simple muestra de saliva. La herramienta se ha probado hasta ahora en pacientes sanos, pero los investigadores esperan poder usarla próximamente en pacientes con cáncer oral, es decir, localizado en boca, labios, lengua o glándulas salivales.
Este biosensor detecta dos biomarcadores, la proteína IL-8 y su mRNA asociado directamente de la saliva, que además no es necesario procesar ni diluir en otro compuesto, usando partículas magnéticas modificadas con una serie de bioreceptores.
Estudios anteriores han demostrado que los niveles de estas proteínas en muestras de saliva se pueden asociar al cáncer oral, y que la detección simultánea de estos dos marcadores hace que se pueda elaborar un diagnóstico mucho más preciso, por eso puede suponer un importante avance a la hora de detectar cáncer de cabeza y cuello e incluso otros tipos a través de muestra de sangre u orina, lo que supondría una revolución en los diagnósticos oncológicos y en el ámbito de la cirugía oral y maxilofacial.