La gingivitis es un primer estadío de la enfermedad periodontal que afecta a los tejidos de soporte dentarios o encías, huesos dentales o alvéolos y ligamentos periodontales. Las encías se infectan y se inflaman, como consecuencia de la placa dental, formada por residuos y bacterias, que si no se elimina, da lugar al sarro en la base del diente, irritando, inflamando e infectando las encías. Si no se trata de forma adecuada por el pediodoncista, puede dar lugar a una periodontitis, que ya afecta al hueso.
El término gingivitis es de uso común, y también su definición como inflamación de las encías, si bien no siempre se conoce de forma detallada qué es la gingivitis.
Más allá de la evidencia que supone la gingivitis, pues basta un vistazo para ver las encías inflamadas, enrojecidas e incluso sangrantes, -al margen, lógicamente, de la necesidad de diagnóstico-, plantearse qué es una gingivitis significa acudir a sus posibles causas.
Veamos qué causa gingivitis, una enfermedad bucal que suele ser de origen bacteriano. Son esas bacterias las que provocan inflamación y sangrado de las encías. Además de factores predisponentes como la diabetes no controlada, cambios hormonales, dientes mal alineados o ciertos fármacos.
Las bacterias suelen localizarse en la boca por la falta de higiene bucal y también por los restos de alimentos que quedan atrapados en los dientes. Es decir, una higiene bucal concienzuda ayudará a prevenirla.
No se trata, sin embargo, de una patología a corto plazo, sino producto de los efectos a largo plazo de esos depósitos de placa o biofilm oral que, junto con el sarro, suponen una amenaza para la salud bucal. En cuanto a la gingivitis, irritan las encías tanto la placa como el sarro, pero sobre todo ésta. En conclusión, la placa sería la causa directa de la gingivitis, pero la indirecta sería la falta de higiene aludida.
El riesgo de que se produzca la gingivitis se incrementa con:
Entre los síntomas de la gingivitis que son parecidos a la periodontitis están:
Aunque la gingivitis no se produzca a corto plazo, sí podemos afirmar que se trata de la etapa inicial de la enfermedad de las encías y, en comparación con fases más avanzadas, su tratamiento es relativamente sencillo. Sin embargo, de no tratarse puede evolucionar a cuadros más graves, como por ejemplo el de una periodontitis, que puede conllevar pérdida de hueso y recesión gingival. El objetivo de tratar de forma temprana la gingivitis es que la inflamación se reduzca, y no se avance hacia una periodontitis.
Por lo tanto, un diagnóstico temprano de la enfermedad de las encías es clave para un mejor pronóstico. Una vez diagnosticada la gingivitis, el odontólogo deberá prescribir un tratamiento para tratar la inflamación de las encías.
Además de los consejos relativos a buenas prácticas orales y alimenticias, como veremos en el siguiente epígrafe sobre prevención, una vez diagnosticada la gingivitis el odontólogo probablemente recomiende una limpieza dental profesional, buscando eliminar el sarro y la placa o, al menos, minimizarlos para así ayudar a su control.
Los enjuagues bucales antibacterianos y, con el fin de calmar el dolor, los colutorios con clorhexidina también ayudarán a mejorar el cuadro. De ser aconsejable, podría ser eficaz la alineación de dientes o reemplazo de aparatos dentales. En suma, un tratamiento de alrededor de dos semanas y seguir con una buena higiene dental puede mantener controlada la gingivitis. Las fases serían:
El mejor tratamiento será la prevención, mediante una adecuada higiene bucodental.
Una vez visto qué es gingivitis y cómo se cura es importante hacer hincapié en su prevención. Además de una higiene bucal, es importante tener en cuenta qué factores predisponen como los apuntados.
Aun así, cabe subrayar que una buena higiene oral es el principal modo de prevenirla, incluyendo no solo tres cepillados diarios sino también el uso de hilo dental. Sin olvidar, por otro lado, la relación entre las enfermedades orales y la buena alimentación, tanto a la hora de contraerlas como de curarlas.
A este respecto, es importante conocer la relación entre la alimentación y la gingivitis, siempre teniendo en cuenta el historial y características del paciente. Por último, cada seis meses también se recomienda una limpieza dental profesional, así como complementar la higiene con un irrigador oral.
Imagen: Onetimeuseaccount en Wikimedia
Gingivitis y embarazo: ¿Qué hay que saber?
La gingivitis y el embarazo suelen ir de la mano, y es muy común ver inflamación, sangrado y enrojecimiento de las encías durante la gestación. Esto, además de provocar molestias en la madre, puede llegar a afectar a la salud del bebé y a la gestación, por eso los profesionales alertan de la importancia de cuidar las encías durante esta etapa y acudir al dentista si es necesario.
De hecho, las bacterias y toxinas que se liberan en la periodontitis entran en el torrente de circulación de la madre, y pueden llegar al bebé y alterar la evolución de su crecimiento. Si la madre ya padecía problemas de este tipo con anterioridad, se pueden llegar a agravar durante el embarazo, por eso es importante cuidar la gingivitis durante el embarazo.
Durante el primer trimestre, sin embargo, se recomienda realizarse exclusivamente tratamientos de urgencia, para eliminar el posible dolor o molestias y la infección, y esperar al segundo para tratamientos más invasivos, ya que es en este primer periodo cuando el feto se forma y se deben tomar todas las precauciones posibles e intentar no tomar, por ejemplo, medicamentos como los antibióticos.
Infosalus, Febrero 2017