La Medicina Tradicional China tiene un origen milenario y se basa en las técnicas médicas que ha ido desarrollando la cultura China, a partir de la experiencia. Parte de la teoría de que el organismo de la persona es recorrido por una energía vital, chi, equilibrada, que si es alterada provoca la enfermedad. Lo que pretende la Medicina Tradicional China es buscar el origen del problema, de forma no agresiva, para recuperar el equilibrio y por tanto la salud.
Las formas de tratamiento de la Medicina Tradicional China son siete: Acupuntura, o técnica basada en la aplicación de agujas en puntos específicos del cuerpo para recuperar el equilibrio de energía; tuina, mediante aplicación de masajes; moxibustión, utilizando la raíz de la planta de artemisa en forma de cigarro; aplicación de ventosas; fitoterapia o utilización de plantas para tratar las patologías; dietética china y ejercicios físicos como el tai chi chuan o el chi kung.
Las enfermedades tratadas por la Medicina China pueden tener origen externo, como el calor o frío, sustancias químicas, virus, bacterias, etc; origen interno, como estrés, cansancio, emociones prolongadas; y ni externas ni internas, como la mala alimentación, falta de ejercicio físico, etc.
Un ejemplo de enfermedades que han tenido una buena respuesta al utilizar Medicina China son la fatiga, alergias, migraña, neuralgia, asma bronquial, dolor de cabeza, enfermedades de espalda y articulaciones y problemas digestivos.
El estilo de vida y la medicina china
El estilo de vida tradicional chino se basa en el contacto con la naturaleza y en la armonía con el cuerpo y el espíritu, y muchos lo consideran el secreto de la longevidad y de una salud alejada de la obesidad y otras enfermedades de las sociedades occidentales. De hecho, la medicina tradicional china considera que las enfermedades son desequilibrios físicos, psíquicos y energéticos y se centra en prevenirla practicando una forma de vida con la mirada puesta en la nutrición, el descanso y la armonía espiritual.
Esta filosofía se está perdiendo en los países asiáticos por influencia de las costumbres occidentales, con un ritmo intenso, estrés, comida rápida y desequilibrada y poco sueño. Expertos aseguran que es muy importante la forma de levantarse, asearse, descansar, hacer ejercicio, meditar y la manera de comer. El mundo occidental no ha aprendido estas premisas y por eso tiene una mala calidad de vida, que conduce a enfermedades como la diabetes o la obesidad.
En España, por ejemplo, el horario de comidas o el hecho de acostarse tarde perjudica gravemente a la salud en cuanto a la calidad del sueño o los biorritmos, según algunos expertos en medicina china.