Para definir la esfinterotomia lateral interna (ELI), un tratamiento quirúrgico empleado para tratar la fisura anal, hemos de hacer una breve introducción a esta patología, relativamente común, ocasionada por el estreñimiento, que cursa con mucho dolor. Afortunadamente, puede tratarse de forma satisfactoria en la mayoría de los casos.
Gracias a la evolución de la misma y a la de su tratamiento, en muchos casos cicatriza de forma espontánea. Cuando la fisura anal (desgarro del ano) se hace crónica y el tratamiento conservador no resulta eficaz, la cirugía suele ser una opción efectiva. Es entonces cuando la esfinterotomía lateral interna puede presentarse como una opción de tratamiento adecuada.
La esfinterotomía lateral interna es un procedimiento quirúrgico que realiza un proctólogo e implica seccionar una tercera parte del esfínter anal para reducir su tono. En otras palabras, se secciona de forma parcial el esfínter anal (normalmente en el interno) con el fin de para reducir la tensión de éste y así evitar el trauma que ocasiona la defecación. De este modo, se consigue un tratamiento con una elevada tasa de curación, que llega a eliminar el dolor que ocasionan las heces al defecar.
Se trata de una opción quirúrgica habitual en casos de fisuras anales crónicas o de difícil tratamiento. Entre otras razones, por tratarse de una opción sencilla, que por lo general resulta efectiva, ya que presenta una alta tasa de curación y un bajo número de recidivas.
Sin embargo, la ELI presenta una mayor tasa de incontinencias anales que la utilización de toxina botulínica, menos invasiva, pero a su vez con una mayor probabilidad de recurrencia.
La reducción del dolor y la curación son los aspectos positivos de la ELI, siendo la incontinencia anal, por contra, una complicación, aunque también es cierto que la curación sin incontinencia fecal es alta. En estos casos, como ocurre en general con las cirugías, ponerse en manos de un buen especialista es clave para lograr la curación.
La operación puede realizarse con anestesia local o general, en muchos casos de forma ambulatoria. Puede realizarse en alrededor de 30 minutos, introduciendo un endoscopio en el ano, un tubo que ilumina a su paso, y que permite la introducción de distintos instrumentos para proceder a hacer la incisión mencionada.
Efectuar el corte en el esfínter anal interno, un anillo de músculos en esta parte de la anatomía es, por lo tanto, el objetivo de la misma. Tras su realización, se ha conseguido la reducción de la tensión, es decir, la hipertonía es menor, y por lo tanto, con ello se ha conseguido el objetivo de la intervención.
Una vez efectuada la operación, el dolor suele tardar en desaparecer alrededor de tres días, por lo que no es un resultado inmediato. Asimismo, la operación puede resultar estresante para algunos pacientes, si bien se trata de una operación sencilla, para la cual pueden recetarse relajantes y, por otro lado, una vez realizada el paciente regresa a casa.
En cuanto a la recuperación postoperatoria depende de distintos factores relativos al paciente, pero por lo general hay que tener en cuenta que se trata de una cirugía anorectal, por lo que la recuperación puede prolongarse en torno a un mes.
Sin embargo, habitualmente, durante ese tiempo el paciente puede hacer su vida normal muy pronto. Al cabo de varios días o una semana podrá volver al trabajo, aunque la completa sanación puede requerir de cuatro a seis semanas. Por último, el seguimiento es clave para que la operación sea un éxito a largo plazo.
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