Si desconocemos qué significa el término oligomenorrea, simplemente recurramos a una definición rápida, basada en su etimología, en cuyo caso se trataría, literalmente, de reglas poco abundantes. Es así como podemos obtener una primera aproximación, si bien vamos a ahondar en la misma, aunque sea solo brevemente para ofrecer una introducción a este síntoma de una condición subyacente.
En efecto, la oligomenorrea no es una enfermedad en sí, sino el término médico que describe un flujo sanguíneo bajo durante la menstruación y una frecuencia disminuida. Es decir, el término se refiere a tener el periodo de vez en cuando.
Básicamente, con intervalos de más de 35 días entre periodos, con lo que se producen ciclos muy largos, con reglas escasas. A diferencia de la amenorrea, trastorno en el que no se observan períodos por no producirse la ovulación, en este caso sí la hay. En suma, de padecerse esta anomalía menstrual, debe ser evaluado por un ginecólogo, incluso tratándose de una condición temporal.
Oligomenorrea: causas
Al tratarse de una condición médica, no podemos hablar de enfermedad propiamente dicha. Por lo tanto, las patologías o problemas de salud que puede esconder la oligomenorrea son la razón por la que su aparición recomienda recibir una atención médica lo más temprana posible.
A la hora de identificar su causa, el ginecólogo. Las causas de la misma son, de este modo, la anticoncepción oral, la premenopausia y el aumento de los niveles de prolactina en sangre o hiperprolactinemia. Igualmente, puede deberse al síndrome de ovario poliquístico o la anorexia nerviosa, así como a anormalidades congénitas
También cabe atribuir la oligomenorrea a la reciente práctica de un legrado realizado durante un aborto o después de un aborto involuntario, así como tras la extirpación de un pólipo o después del parto.
De forma meramente orientativa, también puede señalarse que es más frecuente en adolescentes o mujeres cercanas a la menopausia, así como en aquellas que sufren desequilibrios hormonales. No en vano, en ambas etapas se sufre una fase de transición que tiene consecuencias de distinto tipo, como posibles episodios de oligomenorrea.
En concreto, las relativas al estrógeno y/o a la progesterona, encargadas de regular el ciclo menstrual. Asimismo, los factores asociados a este desequilibro son muchos, entre ellos situaciones de estrés, la pérdida o ganancia de peso, el embarazo, la lactancia o, por ejemplo, problemas de tiroides.
Síntomas y diagnóstico de la oligomenorrea
En el epígrafe anterior hemos indicado posibles condiciones médicas y patologías asociadas a la oligomenorrea, muchas de ellas con síntomas específicos. Será el estudio de éstos y la realización de las pruebas pertinentes lo que finalmente permitirá la realización de un adecuado diagnóstico.
A priori, la paciente no está embarazada, puesto que tiene sus reglas, aunque sean escasas, si bien por lo general cuando se acude al ginecólogo es porque el problema persiste durante varios meses. Es entonces cuando conviene consultar al médico para encontrar la causa, aunque también es posible que las escasas hemorragias no sean reglas, sobre todo cuando éstas se acompañan con dolor. En este caso, la consulta al médico es urgente.
Tratamiento de la oligomenorrea
Si las causas no son patológicas, lógicamente, no se requiere tratamiento. Por lo contrario, de serlo, se determinará cuál es el más adecuado. De forma general, éste obedecerá a las causas que la propiciaron.
Teniendo en cuenta, como hemos señalado, que son muy variadas las posibles causas, es fácil entender que no existe un tratamiento general, así como la importancia de acudir al especialista para determinar qué provoca este trastorno menstrual. Finalmente, el tratamiento puede ser desde la prescripción de medicamentos hasta una terapia psicológica, así como establecer pautas para llevar una vida sana o buscar alternativas anticonceptivas, pongamos por caso. En ocasiones, combinándolos.
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